De los nervios

Pues sí, la elección de Pablo Casado como líder del PP ha puesto nerviosos a los dirigentes de Ciudadanos y del PSOE. Desde el minuto uno le están acusando de representar a una derecha rancia. Puede que Casado haga suya aquella máxima del Quijote, “ladran luego cabalgamos”, pero no debería confiarse. Viendo las imágenes de su elección me recordó a Macron. No me refiero al ideario ideológico sino al estilo, que similitudes.
Y yo diría que Casado tiene una ventaja en cuanto a estilo personal respecto a Pedro Sánchez y Albert Rivera y es que es simpático. Dirán ustedes que los políticos tienen que ser eficaces, honrados, serios etc. y sí, así debe de ser, pero la simpatía es un valor añadido. La de Casado es una sonrisa abierta, la de Rivera es media sonrisa, y la de Sánchez es una sonrisa forzada. Pero Casado parece sonreír con espontaneidad que hace que parezca, y seguramente lo es, una persona afable.
Como vivimos en una sociedad banal, donde la política más que en contenidos se basa en gestos, la afabilidad de Pablo Casado le puede ayudar a entenderse con el electorado. Es pronto para desbrozar el futuro, pero, si no sucumbe ante el fuego amigo y tiene temple para sortear el de sus adversarios, puede hacer revivir al Partido Popular. No lo va a tener fácil porque tendrá que echar lastre por la borda, es decir tendrá que hacer a un lado a muchos dirigentes.
Además tendrá que ser implacable con cualquier asunto que tenga que ver con la corrupción. Y tendrá que definir cuál es el programa del PP, si efectivamente va a girar a la derecha, si aspira a ocupar el centro-derecha, o dónde se va a situar. Puede que hasta el momento Casado lo que esté intentando es un juego malabar que consiste en recuperar a esos votantes del PP que se le han escapado por la derecha pero sin perder de vista el centro.
Y es que no debería de olvidar que es en el centro donde se ganan las elecciones y que no basta con ser joven y tener buena imagen sino que los ciudadanos exigen un proyecto. En los próximos días veremos si además del “estilo Macron” Casado tiene un proyecto.

De los nervios

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