Las tramas

Sin duda la que está de moda es la que enreda al emérito con una novia mallorquina, por un lado, y, por el otro, a Corina la con seguidora. La trama tiene todos los ingredientes de las películas de espías y las historias sucias –las cloacas– de los estados llamados democráticos: el Cesid, hoy Centro Nacional de Inteligencia, teléfonos pinchados, un vicepresidente con la oreja puesta (Narcis Serra, el dos con Felipe en el Gobierno), una, dos… muchas mujeres y un Borbón. Esa fue una trama y deja secuelas. 
Otra trama es la descubierta por Feijóo –las zonas grises de los partidos para hacerse con dinero negro– que necesita a empresarios corruptos, autoridades deshonestas y un sistema que lo propicia. 
Y está la madre de todas las tramas. La que va de casta a caspa pasando por la pasma patriótica; un piadoso ministro del Interior, amigo de Rajoy y con santo ángel incorporado que volaba alrededor de la gaviota mientras la Gürtel llenaba bolsillos y auditorios del PP…
Y llegamos ya a la trama que tanto cabrea a nuestros ilustres: la hecha vídeo por Podemos –este es un país que lee poco y así, en imágenes llega a más sitios–. donde aparecen políticos, puertas giratorias, las buenas gentes del Ibex 35, los grandes grupos que apadrinan estudios, fundaciones y otros chiringuitos, para arrimar el ascua a su sardina y que necesitan, y tienen, con unas largas extremidades repartidas por los medios, una trama que va enredándose a medida que crece y llega a mandar en el BOE, en las instituciones….
Todo esto, puesto en claro con gráficos y con unos textos que se entienden enseguida, llegan los autores del vídeo a unir a la trama la corrupción que campea a lo largo y ancho de este país… Y es que, estas estructuras, que por desgracia siguen funcionando, parasitan nuestros servicios públicos (sic.)
Y se armó el belén. Y es que ahora y aquí se puede perdonar al emérito, al yerno, a la hija… se entiende perfectamente, y se justicia como el señor Feijóo, que los grandes hagan trampa; están bien vistos los oligopolios, pero ¿cómo estos chicos que vienen de la calle, se atreven a eso? 
Y ahí tenemos a los poderes –grandes, largos, anchos– que todos reconocemos empleando toda su artillería para tapar, acallar, confundir… Lo que nadie se atrevió aún es a decir que eso no es cierto. Que no hay grandes grupos que colocan a los suyos y a los suyos en las puertas giratorias. Qué trama, oiga.

Las tramas

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