Sí se puede

Allí, en los calores de la sauna donde a diario dedicamos veinte minutos a la política y diez al Depor, el colega Domingo, repasando la actualidad, después de la protocolaria pregunta de “¿Cómo estáis?”, opinaba que “esto” tiene mal arreglo, y a lo peor es que no se puede solucionar. 
Yo creo que sé puede si quieren. He aquí algunos ejemplos de libro: anuncian los inspectores de Hacienda que hay un agujero de entre sesenta mil y noventa mil millones de euros de fraude y que si hay interés, y se multiplica el número de agentes, ese problema tiene solución y con esos ingresos hay solución para otros asuntos: mejoras en la sanidad, educación, dependencia, etc.
Por su parte, desde la Inspección de Trabajo son muchas las voces que afirman que un alto porcentaje de los contratos laborales tienen “truco”. Donde pone seis se convierten en siete, ocho,  las horas cotizadas, con lo que pierde el sistema y, por supuesto, deja de ganar el trabajador. La cifra que circula entre los profesionales supera los mil millones de euros. 
Tenemos a los falsos autónomos, donde también el “agujero” es importante y la solución –vigilancia, inspecciones, uso de leyes y reglamentos– significaría nuevos ingresos a las arcas públicas. 
Claro que no será fácil, ya dijo en el Parlamento un miembro del Partido Popular: que paguen los ricos es imposible. Se van. 
¡Qué no! Como en España ni hablar. Nos lo cuenta el diario “El País”: “Opulento desembarco de millonarios venezolanos. Empresarios y exaltos cargos han invertido una fortuna en casas de lujo y fincas”. 
Si sumamos a estos las ayudas y exenciones a grandes inversores, primeras empresas, banca, etc., no conseguiremos la cuadratura del círculo, pero que no nos las metan cuadradas a la hora de redondear sus cuentas. 
Ya puestos añadan la amnistía –reprochada, por cierto, por las más altas instancias judiciales– y apunten al lado de todos esos ingresos que sí se pueden sumar, el coste de la corrupción, de las mordidas que algunas tienen nombre y apellido: Gürtel, Campeón, Canal de Isabel II, Púnica, etc., etc., y otras que son innombrables, pues, como en las cerezas del cesto, tiras por unas y puedes llegar en tren hasta La Meca y al emérito por Corinna, a la que, por cierto, el fiscal llamará a declarar, pero que no investigarán los políticos puesto que no quieren el Partido Popular, el PSOE y Ciudadanos. Pero esto se puede arreglar. Claro que sí.

Sí se puede

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