El ruido y la furia

Ni el ruido de la traición de los cargos socialistas gallegos que votaron en contra del mandato de sus militantes en el circo de Ferraz pueden evitar la furia ciudadana –de izquierda a derecha– ante el inicio del juicio que abarca los primeros latrocinios del caso Gürtel  (1999-2005) con 37 imputados, la mayoría cargos del PP, acusados de 12 delitos que supusieron para el común de los ciudadanos un quebranto de miles de millones hurtados a la sanidad, la educación, la dependencia, las infraestructuras. La Gürtel, “la letrina donde chapoteó el PP durante años” , que se sienta en el banquillo acusado de lucrarse de tanta golfería. El proceso amontona 700.000 folios y retrata “la orgía de la corrupción en connivencia atmosférica y concreta con el PP” (Rubén Amón, “El País”).
Es curioso: nuestro campeón Feijóo, refiriéndose a la crisis del PSOE dijo “cuando un partido democrático se quema, algo nuestro también se quema” y ¿cuándo un partido –el PP– se sienta en el banquillo acusado de cobrar comisiones, hacer trampa, robar, pagar en B, usar dádivas para pagar gastos electorales en claro delito, quedan chamuscados sus simpatizantes y quemados sus dirigentes?
¿No anunciaba el PP que cuando alguno de los suyos se sentara en el banquillo, debía ser cesado, apartado, expulsado? ¿Puede seguir el presidente de ese partido, que, insistimos, está en el banquillo por lucrarse–? ¿Puede representar a España? ¿Puede competir en la carrera electoral? ¿Puede ser elegido?
Cuando el líder del PP gallego nos habla de momentos difíciles, de la necesidad de moderación, de la tranquilidad y confianza que ofrecen los suyos, habla del mismo partido que desde Fisterra hasta el cabo de Gata, cometió –según se dijo en un juzgado– todos los delitos posibles alrededor de la Gürtel y sus derivaciones, pues (Pablo Ruz y las dos fiscales ) dirigiéndose a una buena parte de los acusados explica que los delitos “no son solo una simple evasión fiscal, pagar menos impuestos de los que debían, sino una defraudación con elementos de corrupción y falsedad”- A lo largo de estos meses escucharemos a los exministros Cascos, Acebes, Rato, Arenas y Mayor Oreja responder por la caja B del PP. ¿Se trata de un cordón “sanitario”, para salvar a Rajoy? ¿Cree alguien que no veía, oía, sabía nada? Se juzga la primera temporada del caso y quedan ocho más. Y siempre allí estaba Rajoy.

El ruido y la furia

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