¿Qué le pasa a la izquierda?

Preguntaba un tertuliano, recordando que siempre ha sido diversa, pero cuando era esencial dialogaba y constituía un bloque unido, y se mostraba desilusionado y desesperanzado. Seguro que hoy, cuando acabe el día, y el tripartito de derechas haya conseguido más de lo que soñaba, su desesperanza es mayor, al igual que la de muchos progresistas. 

Y más si recordamos que en una ocasión parecida, el 26 de diciembre de 2016, las ofertas económicas de Iglesias y Sánchez tenían muchas coincidencias: nuevo estatuto de la Agencia Tributaria, derogación de la reforma laboral del PP, recuperar los impuestos de sucesiones y patrimonio, nueva fiscalidad medioambiental y endurecer las penas de los delitos fiscales, según repaso el programa de aquellas fechas. 

Pero es que un año antes, en septiembre de 2015 en una entrevista al primer fiscal jefe Anticorrupción –que fue europarlamentario de Podemos– pedía que la unión de la izquierda tenía que ser global y no por provincias (ya veía venir lo de las influencias y las mareas) añadiendo que los proyectos con la socialdemocracia eran similares en un ochenta por ciento. 

Contra eso la derecha insistió en que “negociar con los independentistas y recibir sus votos, aunque sea a cambio de nada, era una felonía. Salvo, claro, que se tratase de Ana Pastor, presidenta de la Cámara con la abstención de ERC y JxCat. También estaba proscrito, por la derecha que la abstención excepto el caso de Javier Maroto del PP que contó con la abstención de Bildu. Ellos son, además de hipócritas los felones, antipatriotas, falsos, y de un cinismo que no tiene nombre.

Pero es que además de estas declaraciones se producían como respuesta a las políticas de Rajoy que recortó, en dos legislaturas, un 13% en gastos sociales.

Todo esto, querido lector, está en las hemerotecas y en la actualidad hay más de ocho millones y medio de ciudadanos en exclusión social mientras el señor Villar Mir, que lleva engordando su patrimonio desde que era ministro franquista, implicado en otro sucio asunto de mordidas, robo al Estado, dijo que eso –corromper– era lo natural. ¡Y está en la calle! ¿El negocio? Lo de siempre: un empresario corrupto y un funcionario del PP, el partido que apadrina la extrema derecha con la colaboración de Ciudadanos. 

Y es que si hay poder ¡a por él! Aunque tengamos que trocearlo. Esa es la derecha que votan muchos españoles y la izquierda “a velas vir”.

¿Qué le pasa a la izquierda?

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