¿PODRÁN CON ELLOS?

Se han puesto, siguiendo el simil de los tres mosqueteros pero al revés, todos contra uno y, hasta la fecha, el tiro les sale por la culata. Podemos ya es, por número de militantes, la tercera fuerza del país.
Aquel grupo, nacido del cabreo el 15-M, goza de la simpatía del 40% de la ciudadanía, es el preferido de los ciudadanos entre los 18 y 45 años y ofrece ilusión a los profesionales liberales. Son datos del CIS y la suma de varios trabajos publicados en diferentes medios de comunicación.
Otra prueba es que, a través de internet, en unas horas, consiguieron el dinero suficiente para emprender diferentes campañas.
Es curioso: de perro-flautas, pasaron a ser un grupo de jóvenes profesores de universidad, politólogos, con libros publicados y enlaces en medio mundo.
A cada “eructo” desde las filas de la derechona, consiguen más respaldo. A la acusación de que son “utópicos”, de  que cuentan   con un programa imposible, responden con nuevas propuestas sobre lo que, se puede –y sobre todo se debe– hacer ante las desigualdades, la corrupción, etc.
Les retaron a que de la política en la calle, asamblearia, pasaran a formalizarse como partido. Y ahora, les riñen por eso!
Es curioso que, quienes prometieron hace poco tres millones de votos (y han cosechado un millón de parados más) y prometieron no subir los impuestos (y lo hicieron en cuarenta y siete ocasiones) se pongan interesantes a la hora de juzgar el porvenir.
Apoyados por la brunete mediática, y a la voz de “que viene el lobo” proclamada desde el PP y sus púlpitos, los perroflautas pasaron a ser unos activos agentes bolivarianos, emparentados con Mao y Stalin (según  el viejo mensaje de los franquistas) –a ellos si se les ve la patita– para los que desde su democracia orgánica todo lo demás era perdición y pecado.
Podemos es la respuesta ciudadana (como la marea atlántica, los grupos enfrentados a los desahucios, los colectivos que luchan por una sanidad y una educación públicas, etc., hartos de las desigualdades. Es una marea contra el tsunami de la derechona a la que solo le queda cambiar las reglas de juego en medio del partido.
Por todo eso, y por la corrupción que asola la vida política, los votantes piden nuevas fórmulas, caras nuevas, un cambio.
¿Será Podemos? Puede ser. Lo que no puede ser es más de lo mismo.

¿PODRÁN CON ELLOS?

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