Peatones: especie en extinción

En el primer pleno del mes de julio el Ayuntamiento de A Coruña, constituido en pleno, acordó por unanimidad que se concienciara sobre el uso de la bici.
Más espacios para los ciclists, petición de prudencia a los automovilistas y, añade un servidor, paciencia a los peatones, una especie que, palabra, está en peligro de extinción.
Veamos: aceras con ciclistas, perros con correa extensible (por cierto, son alegales), todo tipo de patinetes (con motor, también los hay extensibles), patines y otros aparatos con motor, como los llamados segways, en un espacio donde hay farolas, señales de tráfico, los postes de la hora, algún que otro reclamo publicitario, las paradas del bus y, ay, las terrazas. Todo esto, y más, en aceras de menos de tres metros. ¿Quién protege al peatón…?
No es de extrañar que aumenten los incidentes entre peatones y usuarios de “aparellos” con ruedas y también los accidentes. La policía (por cierto ¿hay policía en A Coruña? ¿Dónde están? ) suele actuar con lenidad cuando observa como los ciclistas van sorteando a los peatones y es que ha llegado a una situación en la que ya es imprescindible aprobar una normativa que regule estricta y eficazmente lo que se puede y lo que no se puede hacer con una bicicleta.
Y es que en este espacio de orfandad para el peatón, los ciclistas se suben a la acera invadiendo sin reparos y de forma ilegítima el espacio peatonal, pero –si les conviene– se acuerden que llevan un aparato con ruedas, pasan de la acera para competir con otros vehículos con ruedas.
En muchas ciudades han establecido ya –Gijón, por cierto, es una ciudad modélica en ese aspecto– normas precisas para que los ciclistas, en aceras de menos de tres metros y en algunos parques donde predominan los espacios para recreo de los niños, se conviertan en peatones llevando “de la mano” su vehículo de ruedas.
Además, en esos parques donde deben convivir ciclistas y peatones –cada uno por su sitio– se advierte, con una serie de anuncios fijados en postes, de que al ser el peatón la parte más débil, la responsabilidad en accidentes o incidentes recaerá en el ciclista.
De momento, por estos pagos, en el Ayuntamiento no han caído en la cuenta de que hay que regular el uso de la bicicleta en los espacios públicos. Se impone un manifiesto que establezca claramente que las aceras son para los peatones.

Peatones: especie en extinción

Te puede interesar