Panorama de Galicia

Sin duda lo más destacado, y lo que tuvo mayor impacto, fueron los avisos repartidos por la ciudad de A Coruña y alrededores con frases como estas: “¿Por que Mato?, Mato por Coruña, Mato por Monte Alto”, que tuvieron en tensión a la Policía y la Guardia Civil y a los servicios secretos de varios gobiernos. 

Después de muchas cavilaciones la respuesta estaba en las listas electorales. Eran eslóganes de campaña. Y al conocer su procedencia ya estaba claro de quién era el invento: del líder sin complejos el señor Casado o la candidata popular por Madrid, la que pedía el DNI para los niños no nacidos. 

Aquí la reacción fue inmediata y rotunda: porfa, no. Ni siquiera una herida, un virus, un accidente, pues tenemos al Sergas en huelga.

Pasada la impresión del anuncio, el personal ya cogió carrerilla para sin sobresalto ni necesidad de medicarse echar un vistazo al panorama que nos ofrecen los candidatos y la “carne” de sus candidaturas.

Y a pie de página nos cuentan que en A Coruña el PSOE puede recuperar la Alcaldía y que los enredos de la Marea los dejan en la playa pasando a segundo lugar el partido de la señora Mato. 
Ciudadanos entra en el Ayuntamiento con tres ediles y Vox se queda en la puerta. Analizadas las primeras figuras de estos partidos, roza el aprobado Francisco Jorquera seguido de Inés Rey y Xulio Ferreiro quedando en cuarta posición Beatriz Mato. Por cierto, solo dos alcaldes se llevan el aprobado: el de Vigo y el de Pontevedra.

Si abrimos el foco, para abarcar toda la geografía gallega, las previsiones sitúan a los socialistas como ganadores en la mayoría de las grandes urbes y pueden podrían completar la jugada a través de los pactos en seis de las siete grandes ciudades.

Feijóo es más optimista y dice que tienen ya la mayoría de los tropecientos concellos y que van a ganar la Diputación de Ourense y recuperar alguna de aquellas en las que a día de hoy reina el partido socialista. 

Y es que como nos recuerdan los más viejos del lugar, las diputaciones son una máquina de repartir favores un eufemismo para llamar a los euros. Y ahí el PP es un campeón con muchos triunfos en su carrera. 

Por eso de reojo los partidos ya fijan su mirada en las diputaciones, que son en buena medida una máquina de repartir dinero o, dicho de otro modo menos fino, arrimar el ascua a su sardina acompañándola del vino e incluso del postre. 

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