Paisajes después de la batalla

ueno ya saben lo que pasó y no es cosa de repetirlo, pues ya lleva el personal demasiado tiempo escuchando lo de siempre: los que ganaron sacan pecho. Los que empataron ponen la misma sonrisa de los ganadores y los que no ganaron muestra la cruz de la moneda (ya es cara, ¿no?) para convertir lo suyo en una victoria. 
Pero hay algunos datos destacables: Vox no consiguió la reconquista no fogar de Breogán y el PP retrocedió de manera ostensible: quedó segundo en seis de las principales ciudades y tercero en otra, si las cifras no me fallan. 
Vale. Estos son los datos que tenemos y pueden sufrir alguna modificación con los que lleguen por correo pero el paisaje no mudará mucho. Ahora llega el tiempo de las reflexiones y es que “si los chimpancés urden planes”, según información recogida por el diario  “El País”, donde afirma que son capaces de transmitir órdenes precisas, no les extrañe que algunos de nuestros políticos puedan hacer, por lo menos, eso  con lo que ya entendemos mejor sus eructos. 
Y es que hemos visto y oído de todo y más. Desde quienes ponen a España por encima de los españoles y tienen premio, hasta los que usan el nombre de Dios en vano y a quien El llamó sepulcros blanqueados.
También es hora de poner colorados a quienes nos contaron mentiras y falsificaron cifras y hechos. Un ejemplo: Bruselas corrige a la baja el déficit de España situándolo en el 2,5 por ciento, desmontando así cifras y arengas que acuñó en la campaña la derecha y es que el papel lo aguanta todo. Es un ejemplo ¿no? 
Pues ahí tenemos al Comisario europeo de Asuntos Económicos declarando que “tras los grandes sacrificios, es hora de subir salarios en España”, desmintiendo al Banco de España, los grandes inversores, los empresarios con pedigrí de negreros y los que piaban por situarlos en ochocientos cincuenta euros…
Y tenemos ¡otra vez! las cloacas a rebosar: la Guardia Civil implica por primera vez a Esperanza Aguirre en la trama corrupta del caso Púnica por amaños en los gastos electorales y, otra vez, el arrepentido Marjaliza aportó ante el juez nuevos datos de la conexión de Granados con el policía Villarejo. 
Esto –la maldita corrupción que ha enriquecido a tantos y empobrecido al país– es otra parte maldita del paisaje después de la batalla. Hace falta una auténtica guerra para acabar con ella. Y ahora a esperar…

Paisajes después de la batalla

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