Paisaje y paisanaje

el paisaje es desolador: crece los contagios, crece el número de ineptos en el batallón de los “mandamases” y cada vez son más los irresponsables que se pasan por el forro las normas de seguridad proliferando fiestas y reuniones que son, ni más ni menos, invitaciones al suicidio de los propios y, ay, de los demás. Lo penúltimo en “machadas”, nos llega de Vigo: más de medio millar de ciudadanos participaron en reuniones ilegales: centenares en parques públicos, otros en pisos y unos pocos en una cafetería. ¡Qué paisajw y que paisanaje!
Y van los jefes y nos piden “sentidiño” ante la apertura del curso,  cuando hacen falta profesores y se necesitan inversiones que mejoren las aulas Y ¿qué hacems? .La Xunta se pone de perfil y deja libertad a los centros de secundaria para organizar las clases. Docentes, dicentes y aledaños están hasta los pelos de la negligencia de los que dirigen la marcha de vidas y haciendas.
 Otra vez están cabreados los sanitarios y se multiplica el número de víctimas en las residencias geriátricas mientras la Xunta, como solución, nombra “un director general de mayores”. 
La pandemia, que arrastra el paisaje de un drama  social nos deja otro titular; aumentan las colas ante los comedores sociales. No llegan (solo la recibió un 5% de los solicitantes) el famoso y esperanzador salario vital que prometió Moncloa y nos refleja que todavía soportamos una administración del siglo diecinueve. 
Aquí, en nuestra ciudad, la  falta de policías municipales llega al máximo y de ahí el caos en el tráfico, los excesos en tenderetes por las aceras o ya en la propia calle con una plantilla de municipales que es famosa por su ausencia. Anuncian una reunión ¿? pero nada dicen de aumentar la plantilla o, por lo menos,  cubrir las bajas por jubilación por lo menos y aumentar el número de agentes. 
Otro paisaje emborronado por los políticos: Alberto Núñez Feijóo se escapa de las Burgas.  Por un lado brinda su colaboración a todos los alcaldes gallegos menos al de Ourense. 
¿Una boutade más de nuestro ínclito presidente? No es solo que discrimine la ciudad, que también, es que elude en liza para parar ese esperpento que supone  Jácome al frente de la alcaldía. Y es que una actuación cabal desde la presidencia de la Xunta puede perjudicar a Baltar II que, por el efecto dominó, acabe llegando a San Caetano. 
Este es el paisaje y paisanaje que le rodea, que se observa desde este balcón. A veces es mejor bajar la persiana.

Paisaje y paisanaje

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