Nos bajan la moral

Mientras en el Teatro Campoamor de Oviedo Felipe VI pedía “un impulso moral colectivo” fuera, en la calle y escoltados por cientos de policías, los ciudadanos –una auténtica marea por la dignidad – ponía nombre y apellido a los corruptos, a los amorales y multiplicaba su rabia, asco e indignación por la forma en que nuestras autoiridades oscurecen, evitan, gneralizan – que es una forma de ocultar – los graves problemas que agotan a un país.
Por cierto: la policía, aquí en Coruña, registró el bus de los manifestantes que se dirigian a Oviedo para mostrar su indignación ante el discurrir de nuestra vida diaria.
Y todo esto, amigos, nos baja la moral. Nos la pone al nivel de las alcantarillas cuando sabemos - ¡y ellos, también lo saben!- quienes son los del dinero “B”, los de las tarjetas opacas, los del fraude de los cursos de formación, de las donaciones a los partidos y los de las cuentas en Suiza. La indecencia de Tragsa, el acarreo de votos, el trato a los enfermos terminales….
El impulso moral que nos piden desde arriba (jo, claro que quedó tiodo atado y bien atado como amenazó el otro!) se basa, además de en las decisiones de cada cual en las leyes, principios básicos, que sirven de canon de conducta del ser humano, que esto es la definición de moral que nos ofrece el diccionario y que no nos dan quienes tienen el deber de ejercitarla, de vigilarla.
Y es que esos mensajes – el de Felipe VI, el del Presidente – ocultando el nombre de los verdaderos culpables (“esa persona por la que usted pregunta”, respuesta tipo Mariano o “seamos todos buenos y respetuosos”, en tradución llegada desde Asturias) no hace más que desanimar al ciudadano de a pié.
Y una justicia “dedicada a castigar a los robagallinas, pero sin pulso para hacerlo con los corruptos” (en declaraciones de una alta magistratura) refleja mejor que cualquier real discurso lo que pasa…
Y cada día peor: el genio local de los curos falsos pagaba a un conseguidor para acceder a las altas instancias…que ahora no le conocen. El juez Ruz añade, a la basura que cerca al PP, el delito de emplear dinero negro en las obras de sus sedes; las obras en Pasaron se dispararon hasta el infinito y a unos constructores se les perdonandocenas de kilómetros de auotpista.
 Tanta inmoralidad nos baja la moral.

 

Nos bajan la moral

Te puede interesar