El milagro económico español

Una de las mentiras  más repetidas del PP, sacralizando los gobiernos de Aznar, se acaban convirtiendo en la realidad que nos rodea. Aznar y su troika vendieron las joyas de la corona –con Telefónica como ejemplo más conocido– como nos recuerdan los trabajadores en un manifiesto que pone negro sobre blanco a lo que entonces no vendieron. Atentos a la cruda realidad: en mil novecientos noventa y ocho el gobierno de Aznar decidió vender Alcoa a una multinacional que recibió además mil millones en subvenciones. Suma y sigue: entre 2018 a 2020 recibió otros 175 millones.

Como explican los setecientos trabajadores que se quedarán en la calle “cuando en el PP te cuenten eso de que están para defender  España, recuérdales este dato”. Y ya puestos bueno será añadir que en aquel gobierno de Aznar estaba Rato ¡uno de los santos de ese milagro! Y con él Mariano Rajoy y Romay Beccaria,  ministros y por tanto colaboradores necesarios aunque hoy se `pongan de perfil si alguien les recuerda aquella y otras operaciones.

Ya sabemos cómo acabó el piloto de aquel gobierno que iba viento en popa hasta el desastre final y que pueden considerarse el prólogo de lo que vino después, restricciones en servicios sociales, ayudas a la empresa privada–ejemplos en la sanidad y la educación– y precarización en el mundo laboral. Estos días tenemos otro ejemplo de cómo se  gasta el dinero en los “reinos de taifas” del PP: la comunidad madrileña recibió del gobierno central mil quinientos millones de euros del fondo Covid-19. La mayor transferencia hecha jamás a una comunidad. Pues menos de la mitad dedicó la presidenta Ayuso a mejorar el sistema sanitario como contratar médicos y enfermeros, mejorar el material, etc. El resto se repartió entre Cultura y Turismo, destinando diez millones de euros a los centros geriátricos donde, por falta de asistencia, perdieron la vida más de cinco mil personas

Si este ejemplo no es suficiente para demostrar que ese falso relato del PP sobre una superioridad de la derecha a la hora de manejar los dineros públicos, llegaría su larga lista –alguna ya juzgada y otras en lista de espera– de chanchullos a la hora de adjudicar obras a cambio de comisiones –algunos empresarios le llamaron ayudas– que engordan buena parte de los papeles de Bárcenas que muy pronto nos darán noticia los tribunales. Esta es la prueba del algodón sobre tantas mentiras.

El milagro económico español

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