Indigencia e indecencia

En su reciente viaje electoral por Valencia y Murcia, donde celebraban congresos su partido, el presidente de Gobierno y de los populares, Mariano Rajoy, aseguró que se había acabado la “indigencia” –textual– y, por lo tanto, la crisis y que llegó la hora de repartir beneficios…
Si ustedes se toman la molestia de consultar el diccionario se encontrarán con esto: indigencia, pobreza, penuria. Ausencia de medios para alimentarse, vestirse, etc. 
Es el mejor epitafio para los años de política marianista, de la ejecución de los planes del gobierno del Partido Popular que se reducen a más dinero para la sanidad privada (asunto que junto a las mordidas para el partido está siendo investigado), la enseñanza (la oferta ahora de profesionales para el sector no recupera todavía lo que había antes de los años de indigencia), el tijeretazo a la ley dependencia, el agravamiento del sector de la tercera edad, etc. 
Medidas que han merecido un varapalo de la OCDE, que denuncia que tenemos una de las tasas de pobreza más altas de Europa, únicamente superada por Grecia, un desajuste entre beneficiados y perjudicados por la crisis (más ricos los ricos, más pobres los pobres) y donde las transferencias a los sectores más vulnerables son del 0,5 por ciento, mientras en Finlandia superan el 20 por ciento y la elevada tasa de pobreza infantil, es el más grave y vergonzoso de toda la Comunidad y que, en definitiva, el 29 por ciento de la población está en riesgo de exclusión, un 22% malvive con escasos ingresos. 
Esta es la indigencia de la que nos habla el presidente del Gobierno y que anunció, como queda dicho, ante sus compañeros de partido en Valencia y Murcia, donde la indecencia (indignidad, falta de decoro y, vale, robo a gran escala, corrupción, meter la mano en los dineros públicos, aprovechándose de sus cargos) es algo que todos los días ocupa más espacio en los periódicos que ¡las páginas deportivas, los programas de deportes de la radio y televisión! 
Así lo tenemos con el peso de 168 procesados, doce sumarios, varios dirigentes, alguno en prisión y con otra lista de presuntos indecentes que deberán responder por el caso “Acuamed”, donde se implica a un senador, el feo asunto de la patronal madrileña financiando campañas de Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy o el papel de Génova lavando fondos para el Partido Popular de Madrid, ya que los tesoreros regionales enviaban los donativos en “B” para que Madrid los blanquearan, según informó el diario “El Mundo” en su edición del pasado día 25 de marzo. 
Está claro, por lo tanto, que indigentes, por un lado, e indecentes, por el otro.

Indigencia e indecencia

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