¿Hacia dónde caminamos?

Además del tren que llega con retrasos, de las autopistas que son motivo de chantaje, y que don Alberto asume, comprende, aguanta, el farol de Pemex, que ya confirmó por carta que no se instalará en Punta Langosteira, tenemos al Tribunal de Cuentas poniendo negro sobre blanco a la contabilidad de la Xunta. 
Y es que viene decirnos que las empresas y fundaciones que “pastorea” el gobierno gallego – los chiringuitos –son un pozo sin fondo. Que la RTVG, telegaita en el argot de la calle– necesita de fuertes aportaciones para, por un lado esconder su déficit escandaloso y, por otra parte, hacer trampa pues las aportaciones se camuflan como fondos propios de la radio y televisión gallega. En concreto el órgano fiscalizador denuncia “un presupuesto deficiente y escasamente realista” y recuerda que la deuda se aproxima ya a los mil millones de euros. Otro testimonio que desmonta ese mantra de que “el PP gestiona bien y que ahorra. 
Pero hay otro asunto que coloca a Galicia en una encrucijada: el camino al que nos conduce la Xunta, se pregunta el personal, ¿hacia dónde nos dirige?
 En un lúcido comentario José Luis Meilán Gil, que vivió y compartió la responsabilidad de preservar el patrimonio recibido de los que pusieron en pie el primer Estatuto,  le recuerda a Feijóo que el artículo primero del Estatuto de Autonomía reconoce  a Galicia como nacionalidad histórica, adjetivo que no figuraba en los Estatutos vasco y catalán. 
Y finaliza su comentario advirtiendo que “han avanzado las propuestas para un reconocimiento singular de Cataluña y País Vasco, mientras la singularidad constitucional de Galicia corre el riesgo de evaporarse.” Y remata con un aviso “A Nazón de Breogán no debería quedar en un mero relato”
Otro reconocido comentarista del país, bajo el título de ¿nos quedamos así?, saca los colores al presidente del gobierno recordando lo que nos quieren ocultar: una temporalidad laboral que afecta a más del  80% de los nuevos contratos y el 23% de la población en riesgo de pobreza. Ya nos advierte el Consello Económico de las altas tasas de pobreza que soporta nuestro país.
El resumen es  que, mientras los vascos exigen 35 competencias; los canarios se forran por dar aire al PP de Mariano, el señor Feijóo, que comprende al gobierno central,  nos asigna con sus actos y gestos un papel de segunda. Como escribió Meilán Gil: envía a la Nación de Breogan a quedar como un mero relato. 
No. No estamos en el buen camino. 

¿Hacia dónde caminamos?

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