Hablemos de los reyes

Los que me siguen ya saben que tengo poca fe en los Reyes y, además, con el paso del tiempo algunas sospechas. Recordarán ustedes que “antes” el ser bueno te garantizaba que sus Majestades te recompensasen con la bici, los patines, el tren eléctrico, etc. Pero un servidor no entraba en ese listado y me conformaba con un jersey, el pijama o un balón. 
Naturalmente no me parecía lógico.  Luego de muchas pesquisas descubrí que los Reyes eran clasistas. Y es que en el barrio,  los niños que tenían más y mejores regalos no eran precisamente buenos (ellos, los niños, que los juguetes sí) pero sus papás eran buenos negociantes con cuentas nada corrientes. O sea,  que los “ganadores” de esos juguetes eran los papás. Y eso ¿verdad que tengo razón?, me alejó mucho de los reyes.
Tenemos otros reyes –nosotros, que chollo, dos: el emérito y el de la zarzuela– y dan mucho juego a los “opinadores” que, imagino, hacen esos artículos –vamos, lo que antes se llamaba “la carta a los reyes”– para que les traigan regalos…
Solo se entiende así que nuestro paisano Ónega firme una loa a Felipe VI donde asegura que es más socialdemócrata que conservador. Aunque Fernando no deja de reconocer el escaso entusiasmo monárquico de nuestros jóvenes… 
Tenemos otro ejemplo: el Roberto Alcázar del siglo XXI, preocupado por las encuestas donde  jóvenes universitarios se mostraban partidarios de la República, les hace ver que las monarquías son una maravilla y una bendición de Dios. 
Completa la perorata señalando a las repúblicas bananeras y se olvida de Bernardo de Holanda, esposo de la Reina Juliana que cobró un millón de dólares por el caso Lockeed y no fue uno de sus grandes negocios, por no citar sus numerosos amoríos, algunos embarazosos  (busque en internet, coño)  y eso en el norte que por el sur tenemos como modélicos los reinos que nos compran trenes y armas.  
Y me viene a la memoria que estos días, otra vez, la UCO investiga las comisiones que repartieron nuestros empresarios más patriotas por ganar la contrata del AVE y donde se cita “a  la amiga del emérito” presente  en  las conversaciones grabadas por el famoso super-policía  Villarejo que pasará el día de Reyes entre rejas. Una historia que traerá cola
Y así están las cosas en la Corte donde los juglares cantan las virtudes del señor y “Las chabolas ya rodeaban el palacio, mientras dentro, los festejos proseguian” (El Roto en El País).

Hablemos de los reyes

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