Hablar sin pensar

Aquí en este país –por cierto,  como dijo Urkullu, una de las tres nacionalidades históricas, con Cataluña y el País Vasco– tenemos un amplio refranero que recoge expresiones cono esta de “o falar non ten cancelas”, sinónimo de “por la boca muere el pez” o reflexiones como esa de “primero pensar y luego hablar”
Todo esto viene a cuento por la polémica levantada por la opinión del señor Rajoy donde refutaba que “en España no hay presos políticos”, contestada enseguida por la afirmación, por cierto, demostrada, de que aquí hay políticos presos por meter la mano en la caja común. Políticos mayoritariamente del PP, el partido que sostiene al Gobierno. Calladitos estarían más guapos; otra muestra del magnífico refranero que fotografía al personal que nos rodea y que se le puede aplicar al ministro Montoro cuando dice, muy ufano que “si una comunidad de vecinos no paga el IVA y el IBI, está fuera de la ley –en clara alusión al “procés” catalán–, pero que le estalla ante su nariz, pues de forma consentida otros desde hace mucho, están fuera de la ley…
Ley, normas: la Comisión Europea redobla su presión por el caso Alvia. España –informa Bruselas– está a la cola en cuanto a eficacia en sus políticas públicas. Los evaluadores apuntan que se podrían haber evitado fiascos como el aeropuerto de Castellón o las radiales de Madrid.
Aquí hay mucho que hablar de estas cosas que el PP –nada por aquí, nada por allí– esconde a diario, o usa el proceso catalán, callando que en el “pujolismo” fueron cómplices necesarios. Mientras se habla de Cataluña nos olvidamos de que la máxima responsable de las cuentas del PP desde 2012, imputada por el caso de los ordenadores de Bárcenas, volverá a los juzgados como presunta partícipe del caso Taula, otro ejemplo de la corrupción que asola al PP y, más pronto que tarde, alguien tendrá que explicar, en esa comisión de investigación creada en el Senado sobre la financiación de los partidos, los vínculos del PP con traficantes –fume y fariña– que, presuntamente, señores, pusieron cuartos en las campañas de Fraga, según denuncia Podemos en el Senado.
Y es que hablar no necesita llave, pues traspasa, puertas y cerrojos, pero en casos queda el sonrojo de quienes usan en vano democracia, ley, autoridad, justicia. Cataluña tiene un gran conflicto, que viene de lejos: antes era una docena el grupo de independentistas en el Parlament. Desde que está Rajoy son 72. ¿Es para pensar, no? 

Hablar sin pensar

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