Enteros y partidos

De aquí al domingo todos pendientes de nuestros queridos partidos aunque algunos ya empiezan la semana enteros, pero que muy enteros. Hay que empezar con el nuevo partido “constitucional y progresista”, que acuña la frase de liberal, desmarcándose de viejos disfraces: hubo un tiempo en que el señor Rivera se presentó a las elecciones en coalición con “Libertas”, autodenominado ultra católico y ultra derechista. 
También la hemeroteca de la tele os recuerda que fue simpatizante del PP, luego alguno de su equipo lo bautizó como “de izquierdas y nacionalista español, pera pasar enseguida a social-demócrata y, finalmente, a liberal de las Cortes de Cádiz. 
Además apuesta por entrar en el gobierno cuando pueda o le dejen (el del PP, digo yo, o una nueva cohabitación con el PSOE en un sitio y el PP en otro), mientras sus socios de la derecha se muestran enteros después de convencer a la presidenta de la comunidad madrileña, y del partido, de que las primarias son aburridas y que su líder tiene para otros ochenta años más, pues “los vecinos eligen al presidente y el presidente elige a los vecinos para que lo elijan presidente”, aunque a al señor Rivera no le gusta mucho, pero pelillos a la mar…
Tenemos hibernando al PSOE, que hasta que lleguen los calores (junio, julio) no tendrá congreso, pero que ya está haciendo amigos con los que se mueven en la foto y poniendo velas en Andalucía para que no monte otro cirio Sánchez, aunque –me permito recordar– no recuerdo que la señora Susana sea una campeona en votaciones cuando perdió la mayoría absoluta y se apoya ahora en los liberales que recién descubrieron, como se dice un poco más arriba, que son de Cádiz desde siempre…
Y tenemos a Podemos, una especie de pin-pan-pun para los de fuera, ayudados por la conocida brunete mediática y con bastante cizaña desde dentro. Dos listas, dos amigos que lideran dos listas distintas y que tienen que “apandar” un día sí y otro también con que sus rivales les apropien (roben dijo Errejon) las banderas más sociales como la renta mínima, por citar un ejemplo, simplemente, decretan la muerte súbita de sus propuestas para, nada por aquí nada por allá, presentarlas como propias… pero para cuando estén llenos los pantanos. Su problema es que han crecido mucho en poco tiempo y unos, ahora, se preguntan si cavar trincheras para resistir o salir a campo abierto aunque les frían entre todos. El domingo la solución. 

Enteros y partidos

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