Deslenguados y desvergonzados

si hubiera un campeonato mundial, el campeón sería, sin duda, Rafael Hernando el deslenguado portavoz (portacoz, es el nombre con el que se le conoce en la Carrera de San Jerónimo) que tiene acreditado su primer puesto con frases como aquella de que “muchos buscan en las cunetas a sus parientes cuando hay dinero por medio” –en referencia a los miles de asesinados por el franquismo que aún llenan las cunetas de este país– y que llega a su punto álgido cuando escupe que “los ciudadanos tienen que estar agradecidos al gobierno –este gobierno no merece mayúsculas–, pues en Moncloa anuncian un aumento en las pensiones del tres por ciento cuando los jubilados pedían el uno.
Añade al insulto la mentira: los manifestantes, el pueblo, en general, a la vez que acusaba al partido de Hernando de vaciar la caja de la Seguridad Social, exigía el cumplimiento de la Constitución para que las pensiones subieran al rito del coste de la vida.
Y que, para impedir felonías como las que perpetra er gobierno del PP estuvieran respaldadas, al igual que el gasto militar o el salario de los políticos, incluso del señor Hernando.
El llamado Hernando, que cada vez que habla retrata a su partido, debería saber que las pensiones no son una gracia del Ejecutivo sino la devolución del dinero que, a lo largo de su vida laboral, fueron depositando en esa caja común. Y es que los ciudadanos mes a mes y a lo largo de una vida laboral –treinta, treinta y cinco años, algunos cuarenta– esperaban recuperar el fruto de su sudor.
El problema es que los políticos de la calaña de Hernando mienten sin vergüenza alguna, ocultando que las pensiones son sostenibles si el sistema que se emplea es, por ejemplo, el que destinan Alemania, Francia e Italia, entre otros, para gastos sociales, donde, ¡cómo no!, se incluyen las pensiones.
Seguramente el portacoz del partido que nos avergüenza no se para a hacer las cuentas: el dinero despilfarrado (casi siempre con un tres o un cinco por ciento con mordidas) en falsos aeropuertos, ayudas bancarias, rescate de autopistas, amnistías fiscales o hundido en las cloacas de la corrupción donde el Partido Popular es el partido más beneficiado –¿repasamos la historia, desde Gürtel a las mañas en el Canal de Isabel II?–. Y por eso los juzgados están llenos de “esa persona de la que usted me habla”, según Rajoy para citar a los suyos.

Deslenguados y desvergonzados

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