De reyes y plebeyos

Escuchemos A Rubén Darío que escuchó a una alondra y contó un cuento: este era un rey que tenía un palacio de diamantes y un rebaño de elefantes. 
¿Les suena lo de los elefantes? y de palacios, ni se sabe .De diamantes hablen con un primo que era el encargado de los negocios del emérito. El que nos vino “atado y bien atado” por aquel señor bajito que también tenía palacios, joyas e, incluso, ganó con las quinielas…
El relato (grabaciones telefónicas con un poli malo y un amigo de José María Aznar al que le “tocó” la telefónica en un bono regalo ¿recuerdan?) lo publicó O.K. Diario y lo desmintieron varias fuentes. Pero seguro que habrá más “tela” que cortar y pronto harán la película. Hay otras historias, que se contaban a oscuras, sobre palacios (el de la Magdalena, sin ir muy lejos) y de islas (aquí, más cerca, Cortegada) regalos de los vasallos –o plebeyos– a su señor que en este país somos muy amigos de ejercitar la labor social del regalo ¡fíjense en Meiras!, y aquí también somos como nadie para guardar secretos. 
Esta historia, o ficción,  tiene por protagonistas a polis “malos”, periodistas de dudosa credibilidad, agentes secretos, gentes de la nobleza (no confundir con gentes nobles, esos son otros), bufones, juglares y paisanos. 
En ese apartado de premiados tenemos, según el último recuento de títulos nobiliarios concedidos por Franco 37, entre ellos  militares golpistas y un ministro de la dictadura. Lo dicho: todo bien atado.
Ya bajando a la gente del común: vecinos, paisanos, políticos, votantes, etc., nos encontramos con otro relato del gran asunto de la corrupción: el Partido Popular de Madrid acudió dopado a las elecciones de 2004 (triunfo clamorosa de la señora que “apacentaba sus ranas en los alrededores del Retiro”) según confesión de uno de los donantes que repartía el dinero por un lado para las jergas electorales y otras tres partes éntrelos “mandamases” del PP madrileño. 
Ahí aparecen algunos de los personajes famosos de esta saga de la que Mariano no sabía, no le constaba, nada. Y no se lo van a creer pero aún faltan capítulos: Púnica, papeles de Bárcenas y,  las extensiones a Galicia, Castilla- León, etc. 
El caso es que, como les decía al principio Rubén Darío nos contó un cuento y, gracias a eso, nos van saliendo las cuentas. Esperemos que Hacienda y la Justicia hagan las suyas…

De reyes y plebeyos

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