Cuarenta años ya

dos colegas de la sauna, Juan y Domingo jubilosos jubilados de Correos españoles, me reprochaban a mí, y a los otros cientos de comentaristas, tertulianos, editorialistas, gacetilleros y columnistas, que estos días todos hablábamos de lo mismo. Ya saben: del “proces”. Pero es que estos días, amigos y compañeros de sudores y calores, se cumplen cuarenta años del nacimiento del Estado Autonómico que ya queda, como todo en esta vida, viejo, algo desajustado y con remiendos.
Es hora pues de una reforma del senado, para que sea algo más que el retiro (oro puro) de algunos políticos) pasando por el estudio de una nueva distribución de competencias, sin trampas ni obstáculos económicos que, en la práctica más de una y diez veces, dejan sin efecto textos ampulosos que en realidad son adornos de la Constitución. Y hay que hacer política y no usar a los tribunales como ariete y a las fuerzas de orden público como punta de lanza. Hoy, mañana ya veremos –toco madera– puede ser el principio de acuerdos y el final de muchos excesos. De eso venía un artículo en el prestigioso rotativo francés Liberation donde se censuraba a los sediciosos y, a la vez, criticaba a Rajoy “que sobrevivió a repetidos escándalos de corrupción y que con su pintoresca actitud de espera acentúa la gravedad del problema”
Vale, otra vez hablando de lo mismo, dirán Domingo y Juan pero es que “toca”: un colega contaba que “Cataluña, primero como parte de Aragón y luego con su personalidad económica y cultural contemporánea, cultivó sus peculiaridades, su singularidad…” y, desde entonces hasta hoy, sigan ustedes la historia. Un servidor se detiene –estamos en vísperas del día de la Hispanidad– en que la Virgen del Pilar no quiso nada más que ser “generala de las tropas aragonesas” y que entre aquella tropa, una catalana bautizada en la Basílica de Santa María del Mar, ubicada en un barrio barcelonés, les ganó la batalla a las fuerzas francesas con la ayuda ya explicada pero con doña Agustina de Aragón echándole eso…
Honremos a la Virgen del Pilar (capitán general, como Franco) pero no olvidemos a doña Agustina. Y ahora mismo recordemos también a Iniesta que nos proclamó campeones de Europa, entre los aplausos de Rajoy que se enteró allí de que “los catalanes hacen cosas”. Y en esas cosas andan los vascos. Y ustedes, nosotros, qué…?
Un servidor, se toma un descanso hasta las vísperas del Pilar. Espero encontrarlos.

Cuarenta años ya

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