Especulación y corrupción

Los acontecimientos se suceden a una velocidad vertiginosa y en la mayoría de los países capitalistas (casi todos) sus responsables políticos y económicos se apresuran a reinventar nuevas medidas para amortiguar las consecuencias de las crisis económicas. Sin duda estamos a vivir una época de cambios importantes y trascendentales y dependerá del acierto de los mismos para conseguir que el Estado de Bienestar pueda seguir siendo una realidad para las futuras generaciones. 

Atrás quedan décadas de continuo crecimiento económico, donde el liberalismo, la iniciativa privada, la especulación, la corrupción, el enriquecimiento rápido e injusto  fueron situaciones corrientes que lleva ahora, a muchos países, a recortar las prestaciones sociales, reducir órganos administrativos y entes públicos de las diferentes administraciones públicas e incrementar las tasas e impuestos.  

Mientras tanto siguen aumentando las enormes bolsas de pobreza, marginación social, desempleo, empleos precarios, que nos hace pensar que la crisis afecta a los de siempre y beneficia a los especuladores y a los  ingenieros y “maquilladores” financieros. 

Cada vez más ciudadanos creemos que otra sociedad es posible. Para ello sería muy necesaria la participación activa de todos, no dejando el destino solo en manos del poder político y económico. La responsabilidad de las crisis es solidaria. Todos, unos por  acción, otros por omisión, consentimos durante demasiado tiempo situaciones injustas e insolidarias.

Especulación y corrupción

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