La banca siempre gana

Nuestros políticos tendrán que ser más valientes en asuntos económicos, no solo dedicarse a subir los impuestos. Hasta ahora, cuando se trataba de supervisar las actuaciones de las entidades financieras han sido demasiado permisivos. Así proliferaron los abusos bancarios, las preferentes y subordinadas, las cláusulas suelo, los intereses abusivos, el cobro de comisiones indebidas, los gastos por formalización de hipotecas, las arbitrarias ejecuciones hipotecarias y un largo etcétera.
El dicho popular de que “la banca siempre gana” era evidente. Incluso nuestros progenitores se encargaban de meternos el miedo en el cuerpo cuando llamábamos a la puerta de un banco en busca de un préstamo. En los últimos años, tanto los ciudadanos, con sus demandas, como los tribunales, con sus sentencias, han puesto en evidencia el mercado financiero. La transparencia que debería presidir la contratación bancaria ha brillado por su ausencia. Todo era válido, con la disculpa de generar beneficios para los accionistas y los miembros de los consejos de administración. El deficiente control de la CNMV y del Banco de España. así como el pasotismo de nuestros gobernantes llevaron a miles de familias a situaciones límite.
¿Cuántas familias han perdido sus propiedades de manera injusta? ¿Cuántos suicidios se podrían haber evitado por los desahucios? ¿Cuánto dinero se les ha robado a los pequeños ahorradores? En la mayoría de las ocasiones, la buena fe de los ciudadanos fue pisoteada por los amos del dinero. Ahora, los gobernantes tienen una oportunidad para actuar con la justicia.