La movilidad sostenible

El pasado mes de abril los socialistas coruñeses impulsamos en el Pleno de la creación de un consorcio metropolitano de transportes. Su fin es dotar a la ciudad, junto a su área metropolitana, de un instrumento capaz de llevar a cabo una estrategia transformadora de la movilidad, que cambie de una vez las cosas en este campo.
La movilidad es uno de los frentes esenciales en la revolución de las ciudades y en todas las estrategias urbanas que pretenden transformarla, en los cinco continentes, hay un denominador común: reducir la intensidad de la presencia de los coches.
La industria del automóvil es una de las más fuertes del planeta. Es difícil encontrar una familia que no tenga uno o dos vehículos, siendo la inversión familiar más importantes después de la vivienda. Nuestras ciudades se expandieron en la segunda mitad del siglo XX priorizando su tránsito y estacionamientos en la vía pública. Hasta que las cosas cambiaron. 
El impacto de su masificación se tradujo en serios problemas. Contaminación, ruidos, accidentes, espacio ocupado en las calles, atascos eternos... se convirtieron en serios desajustes a contener y minimizar. 
Pero la inercia es enorme y los cambios precisos no solo requieren de coraje político, deben acompañarse de alternativas que no penalicen en exceso la, ya de por si, atribulada vida de las ciudades. La gente necesita desplazarse de manera rápida y eficiente, algo que no se puede obviar. Por otra parte, también necesita una ciudad más vivible, más tranquila y saludable, donde niños y mayores puedan disfrutar de la calle. A lo que se suma la necesaria implicación en la sostenibilidad del planeta. Los hábitats urbanos tienen que dejar de ser un concentrador de contaminación, para convertirse en espacios ejemplo de sostenibilidad. Y esta ecuación hay que resolverla. La política ayuda a avanzar, pero es la ciudadanía la que tiene que dar el paso, desde el convencimiento, para cambiar el modelo en beneficio de la mayoría.
Por eso los socialistas coruñeses impulsamos la transformación de la movilidad. Resolver la ecuación pasa por reducir el vehículo particular y ello obliga, en un primer paso, a ordenar y potenciar el transporte público entre los ayuntamientos limítrofes. Ya hay voces que defienden un transporte público universal gratuito. Las personas menores de 18 años ya lo disfrutan en el área metropolitana, pero no en la ciudad, una de las injusticias de una Xunta con visión corta e “intereses” largos.
Las utilidades de una estrategia que potencie el transporte público, reduciendo la dependencia del privado, generarían enormes beneficios sociales y medioambientales, que harían nuestra ciudad más sana, más segura, más tranquila y equilibrada. Calles ciclables con apoyo de bicis eléctricas, peatonalizaciones en barrios, aparcamientos disuasorios, descuentos en tasas de vehículos compartidos híbridos y eléctricos, una ORA rotatoria, bonificación de un transporte público cada vez más capilar... Son medidas conocidas. Solo hacen falta políticas decididas y personas que, en vez de hablar y hablar, sean capaces de ponerlas en marcha. Le hemos facilitado a Marea el camino del consorcio del transporte, pero a la vista de cómo van las cosas la legislatura está perdida. No me extraña por otra parte, vista la capacidad de gestión que tienen. Toca afrontar el reto de una movilidad sostenible en la próxima.
 

La movilidad sostenible

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