Esto se tiene que parar

E sta semana un ente del Estado realizó un acto impropio de deslealtad institucional. Conocerán que el de A Coruña es uno de los 46 puertos de interés general del país y su Autoridad Portuaria una de las 28 que depende de Puertos del Estado y este del Ministerio de Fomento del Gobierno de España.
Las Autoridades Portuarias funcionan bajo la fórmula de empresa pública, con un Consejo de Administración responsable último de las decisiones que adopta, auditadas por el Estado. En su patrimonio cuentan, entre otros elementos, con el suelo donde desarrolla su actividad, debiendo velar por un uso racional de este, disponiendo de él para el desempeño de su fin: la actividad portuaria en sus múltiples facetas. Gracias a un acuerdo del señor Aznar con el señor Pujol (en esas tardes que hablaba catalán en la intimidad) el Estado concedió que fueran las autonomías las que propusieran las Presidencias de las autoridades portuarias, de tal  manera que, si bien su dependencia orgánica, funcional y jerárquica es del Estado, su presidente es nombrado por la Presidencia Autonómica de turno, en este caso el señor Feijóo. En función de cómo sean los cuajos de esa persona, en momentos difíciles actuará de manera íntegra y profesional o de forma zafia partidista, cuando no negligente. 
Pues bien, el pasado miércoles se celebró un Consejo de Administración extraordinario a petición del Ayuntamiento de A Coruña, por aquello de ser el primero en alzar la voz, sin pensar las cosas, una vez más. El motivo, lo de Valencia, como se podrán imaginar. En vez de reflexionar y entender que ahora es el momento de encontrar soluciones para punta Langosteira y su deuda, haciendo política de altura, se pelean por gritar: ¡Qué hay de lo mío! 
Y en estas, va  el presidente de ese Consejo y sin pudor alguno, pese a que el Estado no estaba presente, decide promover una votación oportunista en contra del nuevo Gobierno de España para que arreglen su desaguisado. Con dos bemoles. El causante del desastre que tenemos, el que pretende malvender los mejores terrenos portuarios a toda prisa por la puerta de atrás, el que está llevando a un pozo a la ciudad con una política de inversiones desatada, pretende agradar a quien le nombró ninguneando al Estado y a la ciudad. Inaudito y triste.  
Es por todo esto y por el demoledor informe del Tribunal de Cuentas de los años 2012, 13 y 14 sobre la gestión económica de la Autoridad Portuaria de A Coruña, que de darse en cualquier empresa del mundo significaría el cese fulminante de su presidente, quizás pidiendo responsabilidades, por lo que los socialistas de la ciudad reclamamos que por parte del Gobierno de España se realice una inspección de los servicios pertinentes del Estado sobre la actuación de la Presidencia de la Autoridad Portuaria y, si procediera, se intervenga sobre la misma. Está llevando al desastre financiero al Puerto de A Coruña, levantado cortinas de humo sobre su gestión de una forma intolerablemente irresponsable, dificultando enormemente la serenidad en las negociaciones necesarias. Por el futuro de A Coruña esto se tiene que parar.
 

Esto se tiene que parar

Te puede interesar