¿Tiene opciones el PSOE?

La política es a veces muy compleja, tal vez cuando aparenta ser más sencilla, y en otras ocasiones parece simple sin serlo. La política es una ciencia social, y como tal no es tan asequible como pudiera parecer. Salvando las distancias pasa un poco como con el fútbol: todo el mundo opina porque todo el mundo cree entender del deporte rey, pero la realidad demuestra que es todo diferente. El fútbol, como la política, es una gran pasión compartida; sin embargo, a la hora de la verdad casi siempre ganan los mismos.
Como ciencia, la política sería un conjunto de técnicas que permiten organizar conocimientos sobre hechos objetivos y como actividad ideológica, la política busca, básicamente, el ejercicio del poder. En España estamos ahora en esta fase, en la antesala de nuevas elecciones. Según las encuestas, el PP puede bajar, pero seguirá ganando; el PSOE podría acortar distancias con el PP pero estaría lejos de superarle, y la unión de Podemos y sus mareas con las otras confluencias de IU parece que daría lugar a un sorpasso en la izquierda, lo cual sería histórico porque hasta ahora el PSOE nunca fue la tercera fuerza en España; sí, en cambio, en elecciones autonómicas o locales.
Un veterano entrenador como Felipe González duda de que haya sorpasso de Podemos e IU tras las elecciones del 26-J y reduce la operación en marcha a una unión que divide. No suele equivocarse el expresidente, pero esta vez podría ser la excepción: son tantos los millones de personas en paro y en condiciones salariales precarias que no solo la derecha sino también la socialdemocracia les pillan lejos. Peor aún: el hecho de que tres millones de españoles hayan dejado de ser clase media por la crisis complica más la situación. Es evidente, por tanto, que existe un calvo de cultivo en la izquierda y que el PSOE es más un partido de centro-izquierda que de izquierda radical.
Al PSOE solo pueden salvarle dos cosas: que recupere votos en la centralidad política, a costa de Ciudadanos, el PP y los nacionalistas moderados, y que a última hora los votantes de izquierdas sientan algo de vértigo ante el barullo de Podemos, IU y demás confluencias. Pero no parece tarea fácil para Pedro Sánchez. La clave está en la resistencia del PP y de la derecha en su conjunto, que, si bien tiene dificultades para gobernar, logra ser la primera fuerza y mantener dividida a la izquierda. Hay muchos partidos, pero en el imaginario colectivo van perfilándose dos frentes que evocan de alguna manera un viejo debate de la transición: ¿reforma o ruptura? 

¿Tiene opciones el PSOE?

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