El drama de Irak y el lío del Brexit

El informe Chilcot sobre la guerra de Irak aporta una primera conclusión demoledora: Bush, Blair y Aznar acordaron el uso de la fuerza militar sin haber agotado la opción pacifica y con informes de los servicios de inteligencia carentes de rigor cuyo ejemplo paradigmático fueron las armas de destrucción masiva nunca encontradas.
La secuela principal de aquella “acción salvadora de Occidente” es el estado fallido de Irak, un país arrasado en el que reina la corrupción, la violencia y la muerte. “Prometieron libertad, pero nos trajeron destrucción. Los jóvenes iraquíes amamos la vida, pero nos asesinan a diario”, dice un joven informático.
Un caos de consecuencias planetarias porque el Estado Islámico, que mata en Oriente Próximo y amenaza en todo el mundo, es consecuencia de aquella actuación militar, cuyos actores aún sostienen que “el mundo es mejor y más seguro sin Saddam Hussein”. Dirigentes con menos delito que el trío de las Azores fueron juzgados por tribunales internacionales.
En lo que toca al Brexit, la decisión de abandonar Europa la tomaron los ciudadanos del Reino Unido y nada que objetar. Pero las crónicas políticas nunca vertieron calificativos tan gruesos como los dedicados a Cameron por su irresponsabilidad y ligereza al convocar un referéndum innecesario que sumió al Reino Unido, a Europa y al mundo en una crisis política, económica y social de imprevisibles consecuencias. Igual de duras fueron las críticas para Boris Johnson y Nigel Farage, partidarios de la salida de la UE, por mentir, manipular cifras y jugar con los sentimientos de la gente.
Después de crear el problema se fueron todos en desbandada y ahora, en palabras de John Carlin, en el Reino Unido los ciudadanos están divididos, la libra se desploma, la inversión se detiene, se perderán empleos y los pobres serán más pobres. Un lío monumental que tendrá que arreglar desde hoy el gobierno de Theresa May.
La historia será severa con Cameron, Johnson, Farage y los tres de las Azores. Lástima que no fuera obligatoria para ellos la prueba de aptitud para el ejercicio de cargo público que no superarían sin una formación complementaria, el MIR de los políticos que comenté el lunes. Les haría madurar para evitar el drama de Irak y el lío del Brexit.
Una nota a pie de página: ese MIR complementario también es necesario para remediar la incompetencia de los cuatro cracks políticos españoles que tienen paralizado al país.

El drama de Irak y el lío del Brexit

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