Vuelve, vuelve al hogar

Hay muchas formas de volver a casa. La más conocida es la que nos recuerda que estamos en el camino de comernos las uvas que rompen la última hoja del calendario para abrir uno nuevo. Es el anuncio de la Navidad con el eterno abrazo de la madre a su hijo que retorna, sin esperarlo, a su casa, cuando polvorones y turrones llenan las bandejas. También esta semana se ha producido la vuelta a casa para tres políticos. Y lo hacen de formas y maneras muy distintas. Veamos.
Pedro Sánchez, sin moverse un solo kilómetro - descontando los miles que hizo en una campaña partidista que se pareció mucho a una electoral- se mantiene en su Madrid natal y solo tiene que desplazarse, volver nuevamente, a la calle Ferraz para desde allí dirigir a un partido socialista convulso, fracturado y tremendamente dividido. Vuelve a casa para deleitarnos con frases que contienen el adverbio de negación y no quieren saber nada de abstenciones. Sobre todo, el nuevo/viejo secretario general ha demostrado que el refrán de que dar dos veces en la misma piedra con él no va, ni tampoco con los militantes que sobre sus espaldas, en forma de papeletas y urnas, va a recaer toda la responsabilidad de una fuerza política que ha sido hegemónica en nuestro país y que en las actuales épocas democráticas ha sido la que más tiempo estuvo al frente del ejecutivo nacional.
Susana Díaz, retorna como el guerrero derrotado. Vuelve a su feudo del que tardó demasiado tiempo en salir para competir ante los militantes dándole demasiado margen de recomposición al que ahora le deberá fidelidad partidaria. La derrota de Susana Díaz puede que le abra otras puertas, como las críticas internas, y ha dejado muy a luz que sus pilares del aparato del partido eran de barro. Patxi López, creo que se le acabaron sus devaneos de plantar sus bases en terreno estatalista. Su terreno natural es el País Vasco y fuera de él todo lo que hizo fue gracias a las siglas socialistas en las que se apoyó en beneficio propio.
A los tres les esperan nuevos tiempos en sus respectivos retornos a casa. Pedro Sánchez para recomponer un partido o firmar su certificado de defunción y, en el camino, cortar algunas cabezas que le negaron el pan y la sal. Susana Díaz para intentar mantener su mandato de lideresa del sur ganado desde las propias entrañas del partido y que su trabajo le va a costar. Y Patxi López para navegar tan solo en las aguas del golfo de Vizcaya.

Vuelve, vuelve al hogar

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