Veinte años desnaturalizados

En el Rosalía, ciclo principal, coproducción teatros Barrio del Temple y La Rambleta presentó con llenos absolutos, “Las guerras correctas”, de Gabriel Ochoa. Se trata de periodismo televisivo escenificado que quiebra en chispas tan efímeras como los fuegos artificiales. La obra intenta rememorar la entrevista de Felipe González con Iñaki Gabilondo en los estudios de TVE –noche 9 de enero de 1995– con el tema central de los GAL y el señor X. Además figuran implícitos en el evento Jorge García Candau, director de RTVE, y Alfredo Pérez Rubalcaba acompañante del presidente de Gobierno.
La propuesta queda desnaturalizada por cuanto se insiste en parangonarla con una entrevista al uso. Bien ad hoc, ¡Hola!, cualquier famoso o un artista de campanillas. Le falta grandeza. Primero dramática y luego creadora. Demasiadas conversaciones telefónicas. Movimiento escénico atolondrado y áspero. Nadie reconoce al Felipe de aquellos días. Tampoco el tema es para tratarlo sesgadamente y a la ligera cuando se discute el miedo irracional de los asesinos etarras y la réplica –el fin justifica los medio– del Ministerio de Interior saltándose los cauces de un estado democrático. Por eso parece tendencioso, cuando menos, titular “Las guerras correctas” a terrorismo puro y duro con más de mil muertos, extorsiones, secuestros y emigración obligada para un cuarto de millón de vascos que tuvieron que abandonar su tierra. 
Después de tanto dolor semeja un tanto inconsciente nombrar la soga en casa del ahorcado y remolonear sobre un conflicto que en instante alguno posee la grandeza de Sófocles, la entereza de mártires de la libertad o el cumplimiento de ius naturalis frente a las exigencias del derecho positivo. Manolo Sólo, Luis Callejo, César Tormo y Chani Martín  actuaron como marionetas de trágica farsa… Sin programas de mano el “Va pensiero”, ¿a santo de qué?

Veinte años desnaturalizados

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