NELSON QUINTEIRO

Se repite contumaz –pese a los tiempos críticos que combaten el arte dramático– el tingaldo de la antigua farsa. La comedia de arte. Los cómicos de la legua recorriendo los pueblos con su arte maravilloso y universal. Ello resulta posible porque hay espectadores a salto de mata, dispuestos a deleitarse con esos sueños que los liberan de la monotonía cotidiana, y especialmente porque también existen espíritus que mantienen encendida esta antorcha que otros disfrutan.
Vale, como ejemplo, Nelson Quinteiro. Joven veterano aprendiz de brujo nacido para el arte escénico. Primero desde la calle, en contacto con el pueblo y sus inquietudes superando mil contrariedades; después, con el explosivo cabaret bajo el brazo, rompiendo espectáculos que nos retrotraen a tiempos inalcanzables. Dedicación exclusiva hacia las tablas y tormentas esporádicas en vasos de agua. Pues lo que vale es la capacidad de ensayar nuevos caminos y aceptar el reto más difícil. Ahora retoma sus principios y se lanza por la rampa musical con su primer trabajo discográfico que presentará mañana, nueve de la tarde, en el teatro Colón. Bajo la denominación “Orquesta Gharbol” agrupa un nutrido conjunto de artistas: Alex Lorenzo (guitarra), Fran Castro (teclado bajo), Pulpiño Viascón (serrucho mágico, zandrum, persusiones), Eduardo Méndez “Dubi” (saxo tenor y soprano, flauta travesera), Silvia Penide, Xandre Outeiro, María López, Os estalates –coro de hombres– y la coral Cantigas e Agarimos de Santiago de Compostela.
Sin dudarlo un mundo evasivo e inteligente. Que se justifica por su locura tímbrica. Desazón en el uso de pedales y otras armas acústicas para crear polifonías, juegos vocales, fases de percusión, escenas sonoras y otro tipo de recursos tecnológicos… Todo envasado en un formato y montaje teatral de primerísima magnitud.

NELSON QUINTEIRO

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