Jura de bandera

Aunque no lo precise –el voto así lo demanda– volveré a prestar juramento a la bandera de España el día 9 de septiembre, en la plaza de María Pita, en acto organizado por el Cuartel General de la Fuerza Logística Operativa. Cuando la nación europea más antigua parece amenazada por la quiebra de sus valores tradicionales-consecuencia nefasta de quienes venden su primogenitura por cuatro votos mancillados-, no están mal estos recordatorios sobre el honor y decoro de morir por la patria. Más que nunca tenemos que saber de dónde venimos y a dónde queremos ir, incluso tapándonos con cera los oídos para no escuchar cantos de sirenas que prometen lo imposible. De ahí que necesitemos apoyar al Ejército español y las Fuerzas Armadas que lo hacen eficaz.
Otra vez resuenan los versos de Bernardo López García al 2 de mayo. España afligida y en alucinante concierto separatista. Cada uno por su lado. Rompiendo la unión que justifica y hace grandes la variedad de pueblos que integran el destino común de nuestra piel de toro y sus hazañas. Numancia, Segunto, Navas de Tolosa, toma de Granada. Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Política mediterránea con almogáraves y campañas victoriosas del Gran Capitán en Italia y como paridora de mundos en América. Sin olvidar Lepanto, Breda, San Quintín y un imperio donde no se ponía el sol con las Leyes de Indias...
Añoro una bandera al viento, prietas las filas que nos conducían a las aulas. Después los campamentos. Más tarde, mi jura en Monte la Reina. Posterior coincidencia con el beso de mi hijo Andrés en Ferral (León) durante su mili. Con Juan no pude ir –prestó servicio en Cerro Murano (Jerez de los Caballeros)– y Elvira e Isabel por ser chicas. Hoy persiste amenazadora línea roja empeñada en lanzarnos al abismo. Iluminados de barraca de seria que pretenden engañarnos con cuatro luces fundidas y cuatro tiovivos estropeados que empujan inútilmente a mano...

Jura de bandera

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