La jocosa cuerda de Sal-Monela Teatro

Reverdeciendo éxitos anteriores en el Fórum –buena entrada– la compañía coruñesa Sal-Monela Teatro ofreció  dos representaciones de la comedia de Alfonso Paso “Al final de la cuerda”. Thriller humorístico. Disparatado. Vodevil con puerta de acceso exterior y tres laterales que diseñan el salón de un piso acomodado a base de escudos, lanzas, caretas y otros objetos exóticos. Al foro, chimenea francesa que resultará primordial para el desarrollo del “suspense”. Sofá, mesas, sillas, teléfono, tocadiscos y otro mobiliario completan la escenografía de Paco Vila, con rol en la pieza. La dirección corresponde a un intrigante David Gandoy,  también en funciones de actor. Un reparto tan largo como la cuerda protagonista de la obra y de la que tiran siete mujeres y cinco hombres, incluidos los citados.
Aprovechando la ausencia de un diplomático, propietario del piso, una singular tribu urbana se hace con la llave del mismo para cumplir diferentes metas: una noche de juerga, cometer un robo o seducir a la novia… Rosario de tipos vulgares que pretendiendo trasquilar lana son trasquilados por cadáveres que aparecen a salto de mata. Buenas hechuras. El público lo pasa bien. La intriga policíaca mantiene el caos y la confusión escénica utilizando una cuerda sin final ni principio.
Lástima que Alfonso Paso, creador bien dotado, pudiendo ser revolucionario haya dado en simple pionero. Destragó condiciones sin romper un pacto con el público burgués que llenaba sus estrenos. Tragicomedias hilarantes. Sainetescas. Populistas. Neorrealismo estereotipado que fustiga a los malos y premia a los buenos burgueses… De todas formas el autor es hábil en sus planteamientos y hace reír a mandíbula batiente. Un nuevo bombón exquisito de muestra ofrecido con la sutil  delicadeza del elenco herculino Sal-Monela Teatro.

La jocosa cuerda de Sal-Monela Teatro

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