AUTOPSIA FAMILIAR

En el Rosalía, ciclo principal, dos representaciones con llenos compareció la compañía Eme2 con “Meu ben”, de Elaine Murphy, versión Avelino González y Olga F. Nogueira. Acelerada y turbulenta dirección de Álvaro Lavin, apoyado por escenografía de transparencias y proyecciones, buen espacio sonoro, iluminación, efectos especiales y variaciones musicales donde sobresale la infantil “Chiquitita”.
Tácito hablaba de generaciones históricas de quince años, aquí se alude a los grados de parentesco consanguíneo directo. Tres mujeres, hija, madre y abuela unidas por puntadas de amor, sexo, vida, muerte y clases  de salsa. Amber –excelente interpretación de Rocío González– retrata una muchacha inconsciente, frívola y convencida que la vida es fiesta continua. Su madre, con la que no se entiende, Lorraine –equilibradamente encarnada por Mercedes Castro– aparece sumida en caos depresivo por consecuencia de atacar a un cliente en su trabajo, y recibe atención psiquiátrica. Vive sueños, ilusiones, emociones y tristezas que la empujan a un mundo fantasmal. Cierra la correa transmisora familiar la abuela Kay –buena y breve participación de Elina Luaces– curiosa ante determinados juguetes eróticos y que despierta a lo real cuando fallece el marido enfermo.
Tres actrices en plena ebullición. Tres proyecciones vitales. Tres maneras de relacionarse. Tres irónicos y dramáticos personajes que nos hacen reír, reflexionar y analizar objetivos. Tres monólogos enhebrados al ocupar las sillas dispuestas sobre el escenario. Pero el nudo va mucho más allá de la discoteca, la sala de baile, el aerobic, las canciones melódicas… Comporta una autopsia de la familia, de criaturas con el mismo destino y que son más desgraciadas de cuanto aparentan. Quizás echen de menos el viejo humanismo de otras épocas, pese a todos sus inconvenientes y contradicciones…

AUTOPSIA FAMILIAR

Te puede interesar