Suciedad en las calles

Ahora va a resultar que la suciedad que se acumula en las calles coruñesas es un bulo de la prensa, no una realidad palpable de una situación a la que se ha llegado de forma fortuita y con el desatino de no entender las necesidades sociales de la propia ciudad. Cuando se empieza a echar la culpa a los demás en lugar de actuar es el principio de no saber hacer nada; de no tomar las medidas precisas para atajar un mal.
O va a resultar que es un punto equidistante entre una masa ciudadana que observa la suciedad y otra persona solitaria responsable del área de medio ambiente, la edil María García, que solo la prensa es la responsable de que esta ciudad esté sucia, porque así lo dice su señoría. Hay una cuestión que es ineludible: la ciudad no está limpia, o bien esta concejala no pisa las calles coruñesas o no tiene bien regulada la vista. Puede que ella no la vea sucia, pero tampoco está limpia. Es como aquel que ve el vaso medio lleno o medio vacío, según el ánimo del día. Va a resultar que en este caso es lo mismo, será según el día que elija para culpar a alguien de la falta de limpieza en esta ciudad.
El caso es que la edil visualiza la ciudad de un modo particular según su criterio personal y naturalmente desde un punto de vista es diferente al de los demás. La ciudad está sucia, pese a su aseveración y a llevar la contraria a los vecinos; no pueden estos estar equivocados y la edil en lo cierto. Es como ir contra corriente y no ver la realidad de lo que se mueve alrededor de todo lo que le rodea. Lo cierto es que la Marea está acostumbrada a no atinar con lo que la ciudad necesita y el tiempo se agota sin disponer de un espejo en el que mirarse para ver el rumbo que lleva.
La parálisis es general en todo el entramado municipal, aunque se ofrecen mejoras para 2017, veremos como arranca el año para los ediles en cada área económica, pero pocas esperanzas hay de que se mejore lo visto hasta ahora, cuando no se atisba ni una tenue luz asomar en el horizonte. Al menos, esperemos que la limpieza de calles, plazas y jardines se ponga en práctica y arranque de una vez el modelo de ciudad que se quiere tener.
Todo dependerá de las ganas que tengan de hacer su trabajo y contar con la oposición para aprobar los presupuestos, sino será otro fracaso el que cosechará la Marea, que ya no está para más atascos de los que ha puesto en el camino con su baja sensibilidad en relanzar a la ciudad, en lugar de haberla dejado estancar a su suerte. Si Ferreiro fracasa en este desafío presupuestario podría ser el fin de la Marea en el Ayuntamiento y se abriría un nuevo proceso municipal entre las diversas fuerzas políticas para sacar a la ciudad de semejante parálisis. Todo un reto se presenta para este recién llegado año de 2017. Al menos, tengamos una ciudad limpia.

Suciedad en las calles

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