Preocupación económica

Los mercados internacionales están que echan humo por los cuatro costados, ante la volatilidad de las materias primas en las bolsas de referencia mundial, de modo que los fondos de inversión y el alto endeudamiento público y privado están encendiendo todas las luces de emergencia, ya que no deja de crecer una grave preocupación que se teme acabe como hace diez años aconteció con la crisis que se llevó por delante al prestigioso Banco de Lehman Brothers.
Apenas hace algo más de un año sacudió España el temporal desatado por el Banco Popular, que ha dejado en el camino numerosos afectados, más de trescientos mil, tantos como habitantes tiene la ciudad de Vigo y bastantes más de los que tiene la propia ciudad coruñesa. Imaginemos por un instante toda una ciudad de ese calibre completamente arruinada. Bien, lo que puede venir, no se parece en nada a lo pasado, debido a la alta preocupación por el endeudamiento, en general ,y la actitud de los fondos especulativos.
Las cajas de ahorros han desaparecido y han sido absorbidas en su mayor parte por la banca y otras han sido liquidadas y entregadas a la propia por una cantidad simbólica. Esos casos fueron por malas praxis financieras, se le cegó la vista a los dirigentes y se las prometían muy felices con los ingresos a futuros. Pero fallaron en sus expectativas o las habían puesto demasiado altas y el batacazo fue de órdago. Aquella crisis dejó a España patas arriba y han sido diez años difíciles. Cierto que el Estado español nunca llegó a recuperar el saldo invertido en la recuperación del sistema financiero y hoy sigue siendo un grave problema para la sociedad; menos banca, al estar más atomizada y más difícil lo tiene el ciudadano a la hora de reclamar. Poca es la diversidad para que un ciudadano pueda elegir al banco preferido; hay pocos, se cuentan con los dedos y sobran dedos.
Aquella crisis quedó solventada, aunque no solucionada. Sus ramalazos se sienten todavía y se presagia algo mayor si acontece lo anunciado por Trump, en lo que respecta a las sanciones económicas internacionales y los ajustes de aranceles y protección del mercado americano. Luego está el peligro de que la banca europea es muy débil a nivel mundial y la alta concentración unida al poder económico de algunos fondos de inversión, así como la falta de supervisión del sistema financiero norteamericano, algo que se demostró con anterioridad y que tuvo graves consecuencias en 2007, si se llega a esa situación límite el caos puede ser peor que la depresión de 1927, que nada tiene que ver con lo sucedido con la caída de Lehman Brothers, cuya crisis fue mayor y de impacto mundial. Se salió de la misma aunque con grandes heridas.
El problema de la banca española es un conglomerado mundial y expuesto a una serie de tendencias que pueden afectar de forma negativa a su propio negocio dependiendo en donde se presente una crisis y como abordarlo, a ello hay que unir el elevado endeudamiento de España, cerca de un billón trescientos mil millones de euros, que hay que pagar, unidos a sus intereses. 

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