La Coruña y sus calles

Pasear por las calles céntricas de la urbe coruñesa, es todo un desafío a la verticalidad. Asusta pensar que uno se pueda tropezar en tal o cual hendidura o desconchado de las losas más habituales de la calle Real, Riego de Agua y el callejón del Agar, todas ellas vías de lo más céntrico, pero, pese a su mal estado, la falta de conservación y sobre todo de vigilancia de las obras que se hacen y se levantan para colocarlas luego de nuevo, pese a contar con la categoría de “protegidas”, parecen vulgares losas abandonadas de la mano municipal y de los responsables de hacer cumplir las normas de seguridad y colocación lineal sin que exista el mínimo desnivel en el suelo. Aparte de ello están los desconchados de dichas losas. En la calle Real aparecen 54 grandes losas con desconches y roturas, además en algunos puntos están levantadas o en desnivel pronunciado con peligro de caída para el viandante.

Por su parte, la calle de Riego de Agua presenta una sinuosa tortura en su caminar con hasta 31 losas con serios desconchones y fuera de nivel la mayoría de aquellas, lo que multiplica el riesgo de caída del peatón, sobre todo de los que menos movilidad puedan tener. Alguna de las losas también se balancea al pisarla. Estas dos calles tan céntricas y que hacen el recorrido principal de los Cantones hasta la plaza de María Pita son paseadas por miles de personas naturales de la ciudad o foráneas, lo que da una pésima imagen de La Coruña. Además hay también quien se lleva de recuerdo una caída fortuita como consecuencia del lamentable estado.

Pero si bajamos por el callejón del Agar hay que tener mucho cuidado con no romperse una pierna o un tobillo debido a la imperfecta calzada, que más que calzada de la época en nos toca vivir parece la pétrea calzada romana del siglo II AC. En su recorrido hay que poner todos los sentidos en donde se pisa, sin despistarse porque el suelo, desde hace lustros, está en la misma situación actual y ninguna corporación que pasó por el Ayuntamiento puso el mínimo interés en solucionar la diferencia de altura de las losas antiguas que cubren esta vía dolorosa.

No son las únicas. La Coruña está llena de baches y no hay manera de que alguna corporación los arregle. La calle de Nuestra Señora del Rosario está de pena y las administraciones no se ponen de acuerdo para solucionar el problema, de esta céntrica calle que une la Pescadería con la Ciudad Alta. San Andrés es otro ejemplo de la incapacidad de los organismos en solucionar su mal estado. 

Pero es que toda la ciudad antigua está inmersa en la misma situación de abandono. Andar por sus calles es un suplicio para los pies del peatón. Se llevará una imagen desoladora de suciedad, abandono y pintadas en todas las calles y lugares por los que pasee. La ordenación urbana comienza por sus calles y La Coruña, está totalmente abandonada.

La Coruña y sus calles

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