El rumbo de Pedro Sánchez

Las elecciones a secretario general del Partido Socialista concluyeron y sus militantes hablarono alto y claro, lo que deja al partido en un punto de inflexión muy delicado y a Pedro Sánchez reforzado en esta nueva etapa frente a los barones. Todo ello después de una fugaz salida del propio Pedro Sánchez, abandonando la nave y dejándola a la deriva. La junta que llevó su ruta de navegación cumplió con el propósito de dar al partido un nuevo secretario general, con lo que no contaba es con que fuese el mismo que los dejó plantados apenas unos meses anteso.
A estos comicios se presentaron el exlendakari Patxi López, la presidente de la Junta de Andalucía, Susana Díaz y el exsecretario general Pedro Sánchez, por él cual los dos anteriores candidatos no daban nada. Se suponía que Patxi López su presentaba para intentar la unión de fuerzas con Pedro Sánchez, si resultaba elegido, aunque por los avales recabados contaba con poca fuerza, mientras que la clara vencedora en la teoría, se presumía que fuese Susana Díaz, para aglutinar las corrientes del socialismo y que estas no cayesen en las redes podemitas, que al parecer intentan pescar en aguas revueltas.
Hasta aquí todo podía parecer normal y los contrincantes apuraban sus últimos recursos. La primera sorpresa vendría de la mano del propio Pedro Sánchez, cuando alcanza casi los mismos avales que Susana Díaz. Algo no iba bien; la campaña de Pedro había sido demasiado larga y la de Susana muy corta y ceñida casi en exclusiva a Andalucía, su feudo preferido, de ahí la excelsa sorpresa de la noche electoral en la que Pedro Sánchez se alzó con una indiscutible victoria en las urnas dejando a todos boquiabiertos.
Ahora llega el momento de ajustar cuentas y el congreso una vez aprobada su reelección por segunda vez, algo impensable en el partido. Queda saber que hará en el futuro próximo el flamante secretario general. Desde su elección no se tiene constancia de la existencia de un programa que pueda hacer pensar que desea alcanzar la jefatura del Gobierno, sin apoyos externos de los podemitas. Tampoco está clara la decisión sobre los numerosos frentes abiertos y qué partido tomará al respecto sobre el asunto catalán y si piensa solo en llegar a presidente a toda costa o será el presidente respetuoso que necesitan los españoles.
En definitiva el camino de Sánchez está plagado de incógnitas que tendrá que desvelar para saber los españoles si le pueden prestar su voto en confianza o si tendrán que negárselo por falta de actitud política ante la responsabilidad que conlleva alcanzar la Jefatura del Estado para la gobernabilidad del país y el bienestar de los españoles en las próximas elecciones. Solo con los militantes no se va a ningún lado. El Partido Socialista se juega mucho, el ser un solo partido o el dividirse en muchas facciones que pueden llevar a su descomposición y caer en la trampa de los populismos podemitas, siendo prácticamente absorbido por estos y ser el fin del socialismo español, para dar paso a un nuevo Frente Popular. E ahí la cuestión: ser o no Ser.

El rumbo de Pedro Sánchez

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