De los miles de familias que huyen de sus países por las guerras y el hambre, con una clara ansia de vivir en paz, ningún gobierno europeo los quiere.
Además de la crisis financiera y el paro, asalta un sentimiento negativo: El musulmán de hoy puede ser el Yihadista de mañana.
Propongo que los alojen y cobijen, sin segunda intención, en alguno de los 15.000 excampos de concentración nazi, como: Auschwitz, Treblinka, Dachau, Bergen-Belsen, Belzec, Mauthausen, Buchenwald, Chelmno, Theresienstant, Sobibor, Amesfoort, Crven Kirst, Jasenovak, Salaspils, Vernet d’Ariège, Brendonk, Westerbork, Fakstad, y Bagdanovka; allende Europa desde Noruega, Alemania, Holanda, Francia, Bélgica, Austria, Polonia, Chequia, Letonia, Croacia, y Serbia.
Por cierto: el término campo de concentración lo usó por primera vez el Reino Unido en Sudáfrica (guerra de los Boers), y era sinónimo de maltrato, inanición y asesinato.
Por cierto, en su momento los nazis lo bordaron.