GOTHAM CITY, SIN BATMAN

Gotham City es una ciudad ficticia dominada por la corrupción y el crimen organizado, ideada por los creadores de Batman, un millonario que por las noches se disfraza de murciélago para proteger a personas inocentes de actos criminales, porque los pocos ciudadanos honrados son incapaces de revertir la situación. Nuestra realidad no deja de parecerse a esa Ciudad Gótica de ficción. Son múltiples los políticos, ciudadanos, banqueros, negociantes e industriales integrados en bandas organizadas que vienen saqueando el dinero ajeno, público y privado, que luego esconden en paraísos fiscales, y gastan a manos llenas en disfrutar la vida y adquirir patrimonio. Unos, haciendo favores prevaliéndose del poder adquirido con nuestro sistema electoral; otros, en contraprestación, entregándoles riquezas, fundamentalmente, dinero. Lo peor, aún, es que tal concepto equivocado de la vida de estos “hijosdalgo” se expande cuando no sólo no es sancionado por el Estado, sino disculpado, protegido y, en último término, con caridad cristiana perdonado.
Y así, por ejemplo, nuestros dirigentes “wasapean” con el corrupto con mensajes como “resiste, Luis (Bárcenas), resiste” y, finalmente, cuando policía y justicia actúan encarcelando al otrora amigo y compañero, kafkianamente metamorfoseado en un bicho del que huyen despavoridos, nos piden perdón. Pero ellos, sin duda coautores, al menos por “comisión por omisión”, no se van, siguen gobernándonos, o en altos cargos, o ya enchufados en las grandes empresas favorecidas.
Después hay quién se extraña de que surjan voces discrepantes como la de Podemos. Integrado por personas como Jiménez Villarejo, jurista demócrata que en los noventa, siendo fiscal Anticorrupción, tuvo el valor de, a la par con el entonces fiscal jefe del TSJ de Cataluña, querellarse contra Banca Catalana, los Puyol y compañía; y casi les cuesta la carrera. ¿Alguien puede tacharle de chavista, o bolivariano? Cómo la propaganda del “stablishment” pretende de un partido político que, por lo menos, nos está obligando a reflexionar, reposicionarnos frente a la miserable y desigual situación imperante; a mejorar política, social y económicamente, en contra de la deriva de los viejos partidos. ¿Están de broma?

GOTHAM CITY, SIN BATMAN

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