Oigan ¡no nos pueden hacer esto!

uando hoy se celebra nueva sesión parlamentaria, en la que se autorizará o no una nueva prórroga del estado de alarma, nos encontramos con una batalla previa que juzgo lamentable: ni se pueden hacer entre ellos, nuestros representantes, ni nos pueden hacer a nosotros, sus representados, esto que hacen. Pocas veces el listón moral de la política ha estado más bajo que ahora.
Afirmar, como ha hecho el portavoz parlamentario de Podemos, Echenique (que debería ser inmediatamente sustituido en sus funciones), que un ‘no’ del PP a esta prórroga s redundará en miles de muertos por el coronavirus, que habrán de achacarse a la negativa de la derecha, me parece una iniquidad casi sin precedentes. Un truco político sucio, así lo digo, que define a quien lo practica y a quien le lleva de las riendas. Y me temo que Echenique es quien más lo ha proclamado dentro de la coalición gubernamental, pero no el único. Para mí, la persona y quien la mueve quedan perfectamente catalogados.
Creer, o decir, que son ellos o el caos es algo que a uno, francamente le inquieta. Asegurar, como hizo Sánchez, que no hay un ‘plan B’ si el estado de alarma no se aprueba, me parece una muestra de incapacidad: la política siempre tiene que tener un plan B. Y hasta un plan C.
Pero tampoco el PP nos puede mantener en la indefinición hasta el momento en el que se inicie la sesión parlamentaria. Creo que los votantes y contribuyentes, los sufridos ciudadanos confinados, tenemos derecho a una mayor claridad en las posiciones. Si el PP va a votar ‘sí’ o abstenerse, tendremos que saber cuáles son las contrapartidas que Pablo Casado exige a Sánchez a cambio de permitir esta cuarta prórroga de un estado de alarma que de ninguna manera puede semejarse, tanto como se asemeja, a un estado de excepción. Creo que Casado debería vender caro su ‘sí’ y hacer ver con claridad que lo que el Gobierno pretende con sus amenazas de ‘o alarma o muertes’ es un chantaje poco digno: con los muertos no se hace política, a ver si se enteran.
Y lo mismo que para el PP vale decir para los demás, como Ciudadanos o PNV: es necesaria una claridad negociadora que muestre que el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez y vicepreside Pablo Iglesias no puede seguir así: ya ni siquiera sus aliados de Esquerra les apoyan. No se puede continuar gobernando igual ni en cuanto a la conformación del Consejo de Ministros, ni en cuanto a sus comportamientos, ni en cuanto a su pésimo talante. Esto no puede seguir pareciendo una autocracia mal disfrazada. Se van a tomar medidas que afectarán, en lo sanitario, en lo social, en lo moral y, sobre todo ahora, en lo económico, no solo a cuarenta y siete millones de españoles, sino a nuestros hijos y nietos futuros. Que, al menos, ya que tendremos que padecer, cuenten con nosotros y se comporten de forma más democrática.
El país no les pertenece. Hay que buscar salidas a la pandemia, a la economía, a la imagen empobrecida del país. Y con quienes ahora llevan el timón en solitario, sin más, no se puede resolver. Y ello, por mucho que insistan en que nos necesitan a todos para salir de este inmundo agujero, en el que no diré yo que ellos nos han metido, pero sí digo que en él nos mantienen. Si tan necesaria es la cooperación ciudadana para vencer al virus -y lo es- y tan necesario será nuestro sacrificio para volver al bienestar económico, al menos que escuchen nuestro clamor: ¡¡oigan, no pueden seguir haciéndonos esto!!
Espero llevarme una alegría (y no, como habitualmente, un chasco) cuando, este miércoles, siga atentamente el desarrollo de la sesión parlamentaria. No nos fallen más.

Oigan ¡no nos pueden hacer esto!

Te puede interesar