El poder a cualquier precio

Sí alguien tenía alguna duda acerca de la determinación de Sánchez para pagar cualquier precio, por elevado o vergonzante que fuese, con tal de conseguir el apoyo parlamentario que le permita seguir en La Moncloa, ahí está la última concesión al PNV que obligará al Ejército a abandonar el cuartel de Loyola en San Sebastián, un enclave militar inaugurado en 1923.

El cuartel es la sede del Regimiento de Infantería Tercio Viejo de Sicilia 67. La posición del Ministerio de Defensa, contraria a semejante decisión, al final cedió ante la decisión del propio presidente del Gobierno. El PNV, declarado “socio preferente” por Sánchez, justifica la exigencia aduciendo que Donostia está necesitada de terreno urbanizable pero a nadie se le escapa que en el fondo de la operación de trueque: apoyan a los Presupuestos de 2021 a cambio de expulsar a los militares de la ciudad late el prejuicio de los nacionalistas a todo aquello que simboliza la idea de España.

Gracias a una Ley Electoral escasamente equitativa que les otorga una sobre representación en el Congreso consiguen tener en sus manos, en esta ocasión con solo seis votos, la llave para conseguir todas sus demandas aprovechando la precariedad parlamentaria del PSOE. La precariedad de los socialistas y manejando bien a sus interlocutores porque le tienen tomada la medida a Sánchez y saben que cederá lo que tenga que ceder y pagará el precio que le exijan a cambio de conseguir que apoyen ahora el trámite de los Presupuestos y en el futuro lo que se tercie en cada momento. Sánchez dispone del patrimonio de todos, no como el administrador temporal que es, en realidad actúa como si fuera el dueño. Lo evidenció desde los primeros días de en la Presidencia utilizando a capricho el famoso Falcon. Se dirá que es un tema menor, cierto, pero resulta muy revelador a cerca de la forma que tiene de entender el usufructo de los recursos que apareja poder. Plegarse a la exigencia del PNV en el caso del cuartel de Loyola tiene un precedente cercano en la sumisión a ERC ,otro partido nacionalista. Aquí la cosa ha ido todavía más lejos. A cambio también de apoyar los Presupuestos, los separatistas ha conseguido que el Gobierno incluyera en la nueva Ley de Educación, la Ley Celaá, la liquidación del castellano como lengua vehicular, lo que equivale a despojar a nuestro idioma de su condición de lengua oficial en toda España saltando por encima del Artículo 3 de la Constitución. Estas cosas no deberían olvidarse. 

El poder a cualquier precio

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