Ni presupuesto ni elecciones

A Pedro Sánchez se le complican las cosas para seguir en La Moncloa. Dada la precariedad parlamentaria del PSOE necesita el apoyo de otros partidos para aprobar el proyecto de Presupuestos y hay dos, ERC y PdCAT, cuyas exigencias son inasumibles. Expresado en su jerga el portavoz en el Parlamento de Cataluña de Esquerra (Sergi Sébria) ha explicado que no apoyarán las cuentas de Sánchez porque: “No ha hecho ningún movimiento por lo que hace referencia a los presos y a los juicios”. Se empieza atropellando el lenguaje y se acaba confundiendo lo que es un Estado de Derecho. Ningún presidente del Gobierno de España podría instar al fiscal en el juicio de los políticos procesados por el intento de golpe de Estado de octubre de 2017 para que cambiase la calificación de las acusaciones. Sería prevaricar. Cometería un delito.
Al coincidir el inicio de las sesiones del juicio con el arranque en el Congreso de los debates sobre los Presupuestos el asunto adquiere la máxima visibilidad y se transforma en piedra de toque para un político como Pedro Sánchez que está dónde está por el apoyo, entre otros, de los separatistas en la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy. Las hipotecas vencen, pero en este caso el cobrador trae unas exigencias fuera del alcance del presidente del Gobierno. Sabido que PP y Ciudadanos tienen dicho que votarán en contra y dado que el PSOE solo cuenta con 84 diputados y, de momento, solo Podemos (71) se ha declarado dispuesto a facilitar la aprobación del proyecto –el PNV está como acostumbra, echando cuentas–, todo indica que los Presupuestos están en aire.
Caso de que al final no obtengan el respaldo del Parlamento lo lógico sería disolver las Cámaras y convocar elecciones. Hay un precedente, cuando en octubre de 1995 Jordi Pujol –¡siempre los nacionalistas y siempre jugando a la contra!– retiró su apoyo a Felipe González y el entonces presidente del Gobierno dio por terminada la legislatura adelantado a 1996 unos comicios que habría correspondido celebrar en 1997. Claro que Felipe es mucho Felipe y Pedro Sánchez es de otra cosecha. Aunque sus socios de la moción de censura se lo están poniendo imposible, a poco que pueda y aunque tenga que gobernar con los Presupuestos de Rajoy, Sánchez no convocará elecciones hasta el 2020. Está convencido de que el tiempo juega a su favor. El tiempo y el CIS de Tezanos. En resumen: ni Presupuestos, ni elecciones.

Ni presupuesto ni elecciones

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