El espejismo de los ERTE

Mientras Pedro Sánchez no cambie de forma de pensar y no jubile la estrategia política que ha llevado al país al mayor grado de polarización de los últimos años no saldremos con bien de la crisis económica y social que nos deja como herencia la pandemia. Si Sánchez deja de pensar como Sánchez –jefe de filas de un partido político– y cambia para actuar como Presidente del Gobierno de todos los españoles, las cosas mejorarían mucho.
Cuando los datos económicos y la caída del empleo anuncian que vamos hacia una recesión sin precedentes, no es posible diseñar los Presupuestos para el 2021 sin contar con los partidos de la oposición. Lo primero sería alcanzar un pacto para dotar al sector sanitario de recursos suficientes para hacer frente a posibles rebrotes del virus. Pero no sería suficiente. La urgencia del momento exige más. Reclama tender puentes entre el Gobierno y la oposición para encarar el tsunami social que se nos viene encima. Puentes con PP y Ciudadanos. Vox se autoexcluye de todo y así les va en las encuestas.
Hasta ahora el paraguas de los ERTE ha conseguido una suerte de espejismo que empaña la visión del calado real de la crisis porque se mantienen los puestos de trabajo a pesar de que miles de empresas están cerradas. Pero solo es una solución provisional dictada por la urgencia y para retrasar las consecuencias de la crisis económica y social.
Mientras el Gobierno, la patronal y los sindicatos negocian la prórroga de los ERTE -–unos quieren llevarlos hasta diciembre, la otra parte sólo hasta septiembre–, la cifra global de trabajadores sin empleo se mantiene en 3.300.000 (Cifra EPA, abril. En cuanto se acaben los ERTE a los que están acogidos 3.890.000 trabajadores, uno, incluso dos de cada tres, perderá el empleo. Una hecatombe inaceptable. Y un foco de tensiones sociales. A una situación así solo se la puede hacer frente desde la unidad de las fuerzas políticas. Poniendo la política al servicio del país y del interés de todos los ciudadanos no de los afiliados o votantes de los partidos políticos. Con la sola asistencia parlamentaria de los partidos que apoyaron la investidura, Pedro Sánchez no podrá sacar adelante los Presupuestos Generales necesarios para la reconstrucción. Necesitará el apoyo del PP y de Ciudadanos para no hipotecar el futuro del país con concesiones a los partidos que quieren acabar con el sistema del 78 o se proclaman enemigos de la continuidad histórica de España tal como la conocemos.

El espejismo de los ERTE

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