De retirada

la irradiación mediática del caso del máster de Cifuentes desplazó a un segundo plano el discurso de Mariano Rajoy en la clausura de la Convención del PP celebrada en Sevilla. Un discurso inusualmente agresivo si lo comparamos con otras intervenciones suyas. En el Parlamento Rajoy acostumbra a dar clases de ironía, pero no acude a las descalificaciones mirando hacia el tendido. En Sevilla, sí. Vapuleó a Ciudadanos llamando a su líderes “inexpertos lenguaraces que no gobiernan”. Y que “lo copian todo como quien compra imanes para la nevera”. Albert Rivera le irrita y no acierta o no pretende disimularlo.
Visto con perspectiva, el discurso de Rajoy proyectaba la frustración que se deriva del jarro de agua fría que ha supuesto la intervención de la justicia alemana zancadilleando la extradición del prófugo Carles Puigdemont. En ese registro es probable que muchos españoles, sean o no simpatizantes del PP, compartieran las palabras del Presidente del Gobierno. En las relaciones entre países democráticos no es a los gobiernos a quienes corresponde glosar las decisiones de los jueces.
Es comprensible la decepción de quien durante años ha pasado por ser el mejor aliado de Ángela Merkel. Bajo el paraguas de Alemania tomó el Gobierno que preside Rajoy algunas de las directrices económicas más duras en el momento álgido de la crisis. Entre otras la polémica Reforma Laboral. Sin duda Rajoy se ha llevado una gran decepción. Hablando de decepciones en ningún momento se refirió al caso del máster de Cifuentes asunto que, arruinó el objetivo propagandístico de la Convención. Para algunos fue su forma oblicua de dar por amortizada a la todavía presidenta de Madrid a quien la víspera había abrazado a la vista de todos.
En algunos de los pasajes del discurso la intervención de Rajoy tuvo un cierto tono memorialista; reivindicador de lo hecho por el Gobierno y de su propia trayectoria. De ése registro hay quien en clave de exégesis galaica ha deducido que Mariano Rajoy ya tiene decidido que no repetirá como candidato de su partido en las próximas elecciones. Que aunque no lo parezca, ya está de retirada. Tanta anticipación quizá estaba inducida por el fervor que en todo momento despertó la presencia de Alberto Núñez Feijóo, con mucho, el dirigente más asediado por los asistentes al cónclave sevillano. El tiempo dirá y pondrá a cada uno en su sitio.

De retirada

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