Cuesta creer a Sánchez

Cuesta creer a Pedro Sánchez, candidato a la investidura presidencial ahora ya por designación del Rey, cuando habla de un proyecto de Gobierno “ilusionante”. Cuesta creerle porque a lo largo de la campaña electoral había dicho que la sola idea de pensar que Pablo Iglesias pudiera formar parte del Gobierno le quitaba el sueño. Otro tanto sucede cuando habla de las negociaciones con ERC en términos que parecen sacados del argumentario del PSC cuando José Montilla y Carod Rovira formaron en Cataluña aquél gobierno tripartito que dejó en herencia la semilla de lo que ahora en el nuevo relato para transeúntes no avisados denominan el “conflicto”. Los separatistas se aprovechan de la debilidad parlamentaria del PSOE y de la ambición de Pedro Sánchez.

Visto el horizonte al que nos emplaza la situación y a juzgar por la agenda que anuncian desde La Moncloa hasta un niño advertiría que los encuentros de la próxima semana con los líderes de los partidos, incluidos los presidentes de las comunidades autónomas, obedece a un único objetivo: blanquear el encuentro con Torra. Disimular que tras negarse a devolver las llamadas -eran los días de la campaña electoral-ahora sí, ahora se reunirá con el presidente de la Generalidad olvidando todo lo que había dicho del dirigente separatista. Incluida la advertencia de volver a aplicar el Artículo 155 de la Constitución y la restauración en el Código Penal del delito por convocar referendos ilegales.

Estamos ante una maniobra de distracción, una agenda teatral que pretende distraer al personal respecto del hecho clave de este asunto: la negociación con ERC el socio que algunos barones socialistas califican de indeseable. Todo indica que el pacto con los republicanos catalanes está cerrado y que éste partido separatista al que frente a toda evidencia algunos se empeñan en tildar de “izquierdas”, se aviene a desempeñar el papel asignado en la maniobra de distracción porque espera pasar factura. Lo único que nos resta saber es el precio de la abstención en la investidura. Aunque con su líder condenado a trece años y con una hoja de ruta en su línea de siempre, no cuesta mucho avizorar. Para quien tenga dudas sobre los planes de Junqueras, ahí está su última entrevista en la cárcel. Dado los antecedentes de tartufo, lo que se hace difícil es creer a Pedro Sánchez cuando asegura que el pacto con ERC no rebasará el marco de la Constitución. 

Cuesta creer a Sánchez

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