La atracción del abismo

Siempre hubo una fracción izquierdista e el PSOE. Minoritaria, pero activa. Era algo así como una prolongación de las Juventudes Socialistas hasta que con honrosas excepciones esta agrupación dejó de ser cantera de líderes idealistas. El fervor militante que rodeó a Pedro Sánchez en el acto político del Bellas Artes madrileño recreaba el ambiente que solían tener los mítines de Izquierda Socialista cuando Antonio García Santesmases y Carlos López Riaño hacían campaña a favor del “N0” a la OTAN cuando González había convocado ya el referéndum y defendía la permanencia.
Y a la contra, en este caso de la Gestora y de quienes como Susana Díaz representan esa línea oficial, tiene planteada su estrategia Sánchez. Al proclamar que quiere aliarse con Podemos está repudiando la decisión adoptada en su día por el Comité Federal. Pese a que Patxi López también está en campaña, si Susana Díaz da el paso, la pugna será cosa de dos. Un duelo entre Sánchez y Díaz. Nadie sabe quién va a ganar las primarias aunque a juzgar por la marcha de los acontecimientos Sánchez tiene alguna posibilidad. Traducido al escenario de la política nacional vendría a suponer que si vuelve a la secretaría general, el Grupo Parlamentario socialista pactaría con Podemos y con los independentistas. En ese punto, Rajoy se vería constreñido a convocar nuevas elecciones. Según las encuestas las expectativas electorales del PSOE son negativas. En todas sigue por debajo de Podemos. Al margen de los sondeos está la memoria de lo que le ha sucedido al partido cuando ha pactado con los comunistas. Lo hizo Almunia en el 2000 con la Izquierda Unida de Paco Frutos y se dieron un soberano tortazo en las urnas. El PP liderado por Aznar consiguió la mayoría absoluta, 183 diputados. Quienes sienten la atracción del abismo deberían reflexionar.  

La atracción del abismo

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