Puñeteras frases

De cuando en vez uno tiene la oportunidad de leer frases o vocablos equivocados en una persona normal, pero que resultan ser errores de bulto cuando los modula un erudito a la violeta o un, así, llamado “intelectualoide”. Por ejemplo, se me subió la vergüenza a la cara cuando todo un Usía escribió repetidas veces la palabra “israelita” al referirse a los actuales pertenecientes al Estado de Israel, olvidando –o ignorando– que el término “israelita” es meramente religioso y se aplicaba al pueblo escogido, en términos bíblicos. Hay que decir “israelí”, perteneciente como miembro del Estado de Israel. O sea, un error de bulto, por parte de quien no debería tenerlo.
Conozco más casos de “escribidores” que caen en esta misma confusión. A continuación, otro error de bulto. El diputado popular Martínez Pujalte, que hace equilibrios con el fijador y el único pelo que le queda en la cabeza, considera que el ingreso en prisión del exministro y expresidente balear Jaume Matas por el caso “Palma Arena” es excesivo. El Gobierno no piensa igual, pues ha denegado el indulto, pero el “alegre” Pujalte ha dicho que el “petate” al que hace frente Matas “ha sido por un tráfico de influencias muy liviano”. Pujalte tendrá más ocasiones para salir en defensa de Matas, pues ha sido procesado por corrupción en otras causas. A saber: sólo por el caso “Nóos” debe responder a posibles delitos de prevaricación, malversación, fraude a la Administración y tráfico de influencias.  
Otro que cuando él habla sube el pan es el ínclito, chulo políticamente hablando, desconcertante y presumido, también políticamente hablando, Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, que estaría mucho guapo callado. Acaba de llevar a cabo su penúltima chapuza: durante más de medio año puso oídos de mercader al clamor de toda la España jurídica contra la centralización judicial. Y ahora tiene que envainársela y rectificar antes de las elecciones y de manera sospechosa y poco fiable. El ministro se ha bajado los pantalones y ya no va a recentralizar en las capitales de provincia el grueso de la actividad jurídica. Quería eliminar, sólo en Galicia, 45 partidos judiciales, amén de los tribunales de instancia de poblaciones como Vigo, Santiago y Ferrol. Ahora ha tenido que meterse la idea por donde le quepa.
Ya dijimos múltiples veces que el mariachi de Rajoy acierta cuando rectifica.