MENTIRAS Y ¿CINTAS DE VÍDEO?

Algunos de ustedes recordarán sin duda aquella película del cómico mexicano Mario Moreno en la que el juez exige a Cantinflas: “¡Dígame usted la verdad desnuda!”, y Cantinflas responde: “Señoría, no empecemos con incomodidades”.
Pues Rajoy y Cospedal, igual, pero con diarrea. La Cospedal ha sabido, querido y podido acuñar para la historia y para vergüenza y ludibrio del Derecho Laboral la disparatada frase de “indemnización en diferido” que sirvió para causar el más completo sonrojo a todos los abogados que habitan en esta piel de toro. A Rajoy le ha cogido el toro, por mentir cada vez que habla del caso Báracenas, ya que este señor –comparable al caco Bonifacio coruñés– cobraba 18.000 euros al mes cuando Rajoy ya era presidente y una concreta nómina desmintió lo que el jefe del Ejecutivo aseguró al respecto por activa y por pasiva.
Digan ustedes conmigo que a Rajoy le vinieron de puntillas sendas cortinas de humo que el azar puso en su camino al principio del verano para enmascarar sus patinazos en relación con el malhadado Bárcenas. Fue la primera el desgraciado, lamentable y tristísimo accidente que asoló Galicia con la desgracia de aquel tren. Al lado de tamaño infortunio, todo lo demás era “caca de la vaca” y España se volcó aquel luctuoso suceso y se olvidó de Rajoy. La segunda circunstancia que favoreció a Rajoy fue el contencioso gratuito con Gibraltar, follón mínimo que sirvió para enmascarar, una vez más, las vergüenzas rajoyanas, sus faltas a la verdad y los despropósitos del Ejecutivo que dice presidir.
Es curioso: cuando un preboste de la talla de Mariano se siente o se nota acosado, siempre surge el asuntillo de Gibraltar para tapar agujeros, distraer la atención y conseguir que se dispare con pólvora del rey, dicho sea lo que antecede sin aludir a Juan Carlos, que bastante tiene con el pandemonium familiar.
Y así está este país. Antes se decía: “ya vendrá el verano”. Ahora se teme: “pronto está aquí el otoño”. Ya veremos