Llueven los golpes bajos

Los diferentes matices de la oposición en La Coruña municipal se hacen notar un día sí y otro también. Está claro que se acercan las elecciones, para el Ayuntamiento de Marineda a ritmo de galope. Por ejemplo, causó general escandalera en todo el barrio de A Gaiteira que el BNG haya denunciado la compra de una fuente “exclusiva” para mascotas, adquirida por el ínclito gobierno municipal de La Coruña a golpe de talonario: 6.459 euros para instalar la fuentecilla en A Gaiteira, tras su polémica y carísima remodelación. No hay que echar en saco roto que el proyecto de reforma de dicha calle tenía en cuenta una fuente por valor de 1.400 euros, con dos grifos –recuerda el personal cabreado de la citada rúa- adaptados a dos alturas, y con una zona inferior –siguen recordando- con cubeta para las dichosas mascotas. Pero a Negreira, a su mariachi y hasta el comisario político de la zona se les ocurrió –y así lo hicieron– instalar esta “baratísima” fuente de más de seis mil cochinos euros. Pero, eso sí: sin las características señaladas en el proyecto. O sea, sin los dos grifos a dos alturas y sin cubeta para las mascotitas tan simpáticas ellas.  Pero –oh maravilla de las maravillas– para intentar poner un parche a la “desfeita” económica y urbanística, el Gobierno municipal adquirió una segunda fuente que contentase a las sufridas mascotas, superando en unos 5.000 euros el presupuesto inicialmente establecido para la remodelación de A Gaiteira.
Pero, que importa: se despilfarra y se acabó. No en vano paga todo esto y muchos más Juan Pueblo. Pero el Bloque no se ha quedado “a velas vir”, ni mucho menos. Se ha dirigido con suma energía al Gobierno –de alguna forma hay que llamarle– municipal, para que atienda las demandas de los vecinos de A Gaiteira-Os Castros, que denuncian en un único clamor la supresión de la antigua fuente de piedra de A Gaiteira. Los residentes del barrio creen, a mayor abundamiento, que no era en modo alguno necesario el cambio de mobiliario de la calle con la reforma. Pero es que el actual Gobierno Municipal sólo acierta si rectifica, aunque en este caso concreto sería absolutamente milagroso que rectificase. Ya se sabe que la sonrisa de Negreira no pasa de ahí: de una simple sonrisa. Después, hace lo que le viene en gana claro está que cuando llegue el período electoral, si es necesario, se viste de lagarterana. ¡Todo por el voto!

Llueven los golpes bajos

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