INEFABLE ESPERANZA

De nuevo la indecible Esperanza Aguirre vuelve a confundir el culo con las témporas, a mear fuera del orinal, a regar fuera del tiesto o todo lo que ustedes quieran. En efecto, la inefable Esperancita, presidenta del PP de Madrid ofreció, días atrás, un encendido pregón taurino en Sevilla, en el que, entre otras paridas, dijo: “los españoles que quieren dejar de serlo luchan contra los toros”. Qué barbaridad. Qué tendrá que ver el ser y sentirse español con que una persona aplauda un par de banderillas bien puestas o jalee una verónica de tronío. Hay millones de españoles que no gustan de la fiesta taurina y son muy buenos españoles. Y hay, por ejemplo en el País Vasco, amantes de la fiesta brava que se sienten independentistas.
No conviene mezclar la velocidad con el tocino y Esperancita lo hace cuando matiza, por ejemplo; “Los antitaurinos saben que los toros simbolizan la esencia del ser español”. ¡Vaya machada!. Tengo amigos, como Luis Mariñas Lage, locos por los toros y gente que se siente española y no precisamente por su amor a los miuras.  Y soy entrañable compañero de fatigas del médico coruñés Dámaso Diaz Otero que odia los toros y se siente ciudadano de España hasta las cachas. Así pues, la líder “popular” de Madrid, que se refirió a 2014 como su “año más temerario”, ha vuelto a pegar un  patinazo de los de aquí te espero. Los populares ya no saben qué hacer con ella.
Es el verso libre del PP. Dice cuanto le viene en gana y actúa sin cortapisas, ni cadenas, ni obediencia, ni disciplina. Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, hija y nieta de taurinos, salió por la puerta grande y casi en volandas del sevillano Teatro Lope de Vega como haciendo juego –Dios me perdone– y detrás de la Macarena y la Esperanza de Triana.
Lo malo de toda esta zapatiesta es que Mariano Rajoy no ha hecho los suficientes cursillos de aspirante a bombero para ser capaz de apagar todos los fuegos que la traviesa Esperancita le enciende, un día sí y otro también.
La sexagenaria –como se ha tildado ella misma- es más peligrosa que un mono con pistolas.

INEFABLE ESPERANZA

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