Aquel día del pregón

En la tarde-noche del pregón que abría  las fiestas de La Coruña. Al principio habló el alcalde. Y mientras hablaba aconteció lo nunca visto en una celebración de este jaez: grupos de personas enmascarados con caretas de Pikachu alusivos a la operación judicial que se está llevando a cabo en aras de la limpieza en los cargos públicos se pusieron a gritar: “¡Que devuelvan lo robado”!, “¡fuera corruptos de nuestra ciudad!”. El alcalde no daba crédito. Lo malo es que en las pausas que Luz Casal hizo durante la lectura del pregón, arreciaron las protestas. Unas 15.000 personas fueron testigos del desagradable abucheo.
En el balcón principal del ayuntamiento el nerviosismo era evidente. Por su parte, el Bloque acusó al Gobierno municipal de un gasto desmedido en festejos y en tiempo de crisis. Como ya se dijo, la jueza de Pokémon y Pikachu ya anunció que este año de vacaciones, nada de nada, que se queda en los juzgados poniendo al día las diligencias y abriendo nuevas líneas que tiene pendientes. Esto augura un resto del verano movidito. Y no pocos están temblando. La ciudadanía tampoco olvida. Las elecciones municipales están cada día más cerca y a más de uno no le llega la camisa al cuello. De ahí, lo de “fuera corruptos de nuestra ciudad” ¿Y qué mejor sitio para gritarlo que la plaza del Ayuntamiento?
Mientras, los misterios, las consultas, las preguntas, las insinuaciones, las sospechas y la tardanza para resolver este serial ponen de los nervios a la ciudadanía. La pregunta: ¿Quién se esconde tras Josman? El alcalde de Ferrol carga el pinchazo telefónico con el delegado de Vendex a la cuenta de un colaborador del PP. Este se reconoce como Josman, pero niega ser el que figura en la agenda del empresario. ¿Podría haber dos Josman en el PP de Ferrol?
Todo son incoherencias que se dan de tortas con lo declarado por el teniente de alcalde Julio Flores y que también chocan con lo declarado por Diego Calvo, secretario general del PP coruñés. Cada vez hay más gente en danza. Esto parece el cuento de nunca acabar y los ciudadanos están hasta los mismísimos.

Aquel día del pregón

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